Hace 100 años, pocos meses antes de la Gran Revolución Socialista de Octubre, en condiciones políticas particularmente difíciles y complejas, V.I.Lenin escribió una obra fundamental, “El Estado y la Revolución”, que fue publicada por primera vez después de la Revolución de Octubre, en 1918.
En esta obra, Lenin destaca la esencia y analiza la naturaleza clasista del Estado: “El Estado es producto y manifestación del carácter irreconciliable de las contradicciones de clase. El Estado surge en el sitio, en el momento y en el grado en que las contradicciones de clase no pueden, objetivamente, conciliarse. Y viceversa: la existencia del Estado demuestra que las contradicciones de clase son irreconciliables.”[1]
Lenin en su obra establece la necesidad y la vigencia de la revolución socialista y del Estado obrero.
Se basó en las concepciones de K.Marx y F.Engels respecto la cuestión del Estado, planteadas en varias obras como el “Manifiesto del Partido Comunista”, el “18º Brumario de Luis Bonaparte”, “La guerra civil en Francia”, “Crítica del programa de Gotha”, la carta de Engels a Bebel de 18-28 de marzo de 1875, la introducción de Engels en la tercera edición de la obra de Marx “La guerra civil en Francia” etc., respecto la dictadura del proletariado. Las conclusiones de Marx y Engels del estudio y de la generalización de la experiencia y de las enseñanzas de las revoluciones fue que la clase obrera puede conquistar el poder político y establecer la dictadura del proletariado sólo a través de la revolución socialista, en cuyo curso se destruye la máquina estatal burguesa y se crea un nuevo aparato estatal. Así, podemos decir característicamente que Marx en su obra “Crítica del Programa de Gotha” señaló que: “Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el período de la transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este período corresponde también un período político de transición, cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado.”[2]
Lenin demostró la importancia fundamental de este asunto para los que se dan cuenta de la existencia y del papel decisivo de la lucha de clases en el progreso social, destacando que “…merece especial atención la observación extraordinariamente profunda de Marx de que la destrucción de la máquina burocrático-militar del Estado es “condición previa de toda revolución verdaderamente popular”[3] y subrayando que “marxista sólo es él que hace extensivo el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado”[4].
Además, Lenin trató de describir las características de la formación socio-política comunista, los aspectos básicos del Estado socialista, mientras que ejerció una crítica severa en torno a cuestiones en relación con el Estado tanto a las concepciones oportunistas de la derecha, como a las anarquistas.
Por supuesto, esta obra de Lenin, así como toda su colección titánica de obras, no se puede abordar separadamente sino en conexión con otras obras como por ejemplo “La revolución proletaria y el renegado Kautsky”, y siempre en vinculación dialéctica con los acontecimientos históricos. En todo caso, la aproximación leninista del Estado es un enorme legado para el movimiento comunista internacional, que debe ser utilizado de manera adecuada para confrontar las concepciones socialdemócratas y oportunistas sobre el Estado, que han penetrado y siguen penetrando en el movimiento comunista internacional. El objetivo de esta contribución no es presentar las posiciones leninistas o exponer citas apropiadas de Lenin, sino responder a las concepciones oportunistas contemporáneas a través de la concepción marxista-leninista del Estado. Aún más hoy, cuando muchos de las cuestiones que Lenin debatió en su época, han surgido de nuevo con nuevas o viejas formas.
