Sus causas radican en la rivalidad imperialista, la confrontación entre las clases burguesas y el “combustible” que nos ha llevado a esta guerra, ha empezado a acumularse después de la contrarrevolución, la restauración del capitalismo y la disolución de la Unión Soviética, cuando todo ello que había creado el pueblo soviético con su esfuerzo heroico se convirtió de nuevo en mercancía, cuando las fábricas y la tierra, todos los medios de producción que eran propiedad social, se convirtieron de nuevo en propiedad privada capitalista, y acabaron en manos de explotadores rusos y extranjeros.
A través de este proceso, ha surgido también el conflicto en Ucrania por su integración en diferentes planes de integración capitalista, así como el surgimiento del gobierno reaccionario con el apoyo de EE.UU, la OTAN y la UE que utilizó en estos planes suyos incluso a fuerzas fascistas; fuerzas reaccionarias que durante el período anterior habían surgido y se habían fortalecido, entre otras cosas, con el apoyo financiero y la cobertura política incluso de Rusia.
Es por eso que señalamos que las razones acerca de la desnazificación invocadas por el liderazgo ruso al mismo tiempo que estaba vertiendo veneno al poder soviético, Lenin y los bolcheviques, tal vez han sido solo un pretexto. ¡Sin embargo nosotros sabemos que la lucha contra el fascismo no se puede llevar a cabo con coherencia por los que ocultan que el fascismo es “hijo” del capitalismo y además al mismo tiempo prometen que implementarán una “descomunización adecuada”! Además, las razones por las que EE.UU, la OTAN y la UE promueven planes criminales en Ucrania, supuestamente para preservar el mundo libre, la “democracia”, la lucha contra el “revisionismo”, etc., son meros pretextos. Detrás de todo ello se esconden sus verdaderas aspiraciones, sus planes estratégicos para la promoción de sus intereses en Eurasia, antes del gran enfrentamiento con China por la supremacía en el sistema imperialista.
De ambos lados prevalecen los planes contra los pueblos, y de su mayor explotación.
Destacar el carácter imperialista del conflicto de ambos lados, es una cuestión muy importante en cuanto a la orientación de la lucha de los pueblos y es uno de los temas de debate y de lucha también en el movimiento comunista.
La experiencia histórica ha demostrado que los partidos comunistas se ponen a prueba en las condiciones de la guerra imperialista, se ejerce presión y se requieren bases teóricas y políticas sólidas para la acción independiente de los partidos comunistas, para separar su posición de las clases burguesas y las alianzas imperialistas.
En estas circunstancias es de suma importancia la posición de que no nos ponemos de lado de ningún campo capitalista en la guerra, de que estamos en conflicto con las clases burguesas y apoyamos la lucha de nuestros pueblos por la desvinculación de nuestros países de la guerra y el fortalecimiento de la lucha en el sentido de eliminar las causas de la guerra, por el derrocamiento en total del capitalismo que la genera.
¡Por lo tanto, esta es el lado correcto de la historia!
Los partidos que violan este principio, y otros que todavía imaginan una “coexistencia pacífica” en el marco de antagonismos capitalistas internacionales a través de un imperialismo utópico supuestamente “no agresivo” o un imperialismo cuya agresión supuestamente será “domada” a través de diversas “arquitecturas de seguridad” en el llamado “mundo multipolar” actual. Estos partidos en la práctica, adoptan los pretextos de una u otra burguesía dominante y al final dan la espalda solo a sus propias aspiraciones. Sin embargo, de este modo ellos mismos se desarman ideológica, política y organizacionalmente y como resultado, desgraciadamente, no responden a las tareas de la lucha contra la masacre de los pueblos en la guerra.
Estos temas consideramos que en la época y la fase actual deben ser aclarados por el mayor número posible de partidos, ya que existe el peligro de generalización de la guerra imperialista.
En ello contribuye la movilización de grandes fuerzas militares de los países de la OTAN en Europa, las amenazas de uso de armas nucleares, las nuevas organizaciones imperialistas en la región de Asia, los planes que se elaboraron en la reciente cumbre de la OTAN en Madrid, y mucho más.
Los pueblos ya están pagando -unos con su sangre y otros con una carga económica insoportable- la guerra, la llamada “transición verde”, los antagonismos por la distribución de los recursos energéticos, la situación que se desarrolla del curso de independencia de Europa del gas natural y el petróleo ruso, las sanciones pero también la rampante “crisis alimentaria”.
Hay que observar constantemente la gran imagen, el conjunto de los antagonismos que rigen el capitalismo en todo el mundo, observar constantemente los desarrollos en la región de Asia-Pacífico y en general dondequiera se manifiesta intensamente el antagonismo entre EE.UU y China, que es la mayor potencia económica en el mundo capitalista contemporáneo, que, además, está aumentando rápidamente su fuerza militar.
Grecia, España y Turquía son estados miembros de la OTAN y tienen relaciones estratégicas con EE.UU., al igual que las tiene México también.
Además, Grecia y España son miembros de la UE y Turquía es un socio estratégico. Nuestros países están involucrados en la guerra imperialista en Ucrania, como p.ej. mediante el establecimiento de bases militares de EE.UU. Cada vez más trabajadores se dan cuentan de la necesidad de la lucha por la desvinculación, participan en las movilizaciones populares para el desmantelamiento de las bases de EE.UU y la OTAN, que no garantizan en absoluto la paz y las seguridad de los pueblos.
Vale decir que las burguesías de Grecia y Turquía, dos estados miembros de la OTAN, están intensificando el antagonismo, con grandes peligros para nuestros pueblos. En estas condiciones, el KKE y el TKP hemos planteado nuestra posición con respecto a los acontecimientos en nuestra región, nos hemos opuesto a todo intento de cambio de las fronteras y de los tratados que los han determinado, luchamos contra el nacionalismo y promovemos la amistad de nuestros pueblos. Haremos todo lo posible para profundizar y ampliar las relaciones entre los comunistas de Grecia y Turquía, y para que dejen una huella positiva también en las relaciones entre los dos pueblos.
Al mismo tiempo, hay que tomar en cuenta la situación general en el movimiento comunista internacional, que ya hemos evaluado que está sufriendo una larga crisis ideológica, política y organizativa. La corriente oportunista fuerte, que ha renunciado el comunismo científico y las las leyes científicas de la revolución y la construcción socialista, rumia cuestiones ideológicas problemáticas graves que crean obstáculos en la lucha de los partidos comunistas, en la acción conjunta, en su identidad y unidad ideológica.
Algunos enfoques problemáticos son, por ejemplo, los que:
- promueven el fútil intento de la supuesta “humanización del capitalismo” y “democratización de las organizaciones imperialistas”.
- desarrollan puntos de vista erróneos, infundados y anticuados sobre:
- una “cooperación con la socialdemocracia” en el gobierno,
- algunos “nuevos frentes antifascistas” como contenido básico del movimiento popular, desvinculados de su conexión estratégica con la esencia de la barbarie capitalista
- sobre la “unidad de la izquierda”, con colaboraciones entre “fuerzas heterogéneas”, con la eliminación de la independencia del movimiento comunista, con la integración de fuerzas radicales en la gestión burguesa, etc.
También, puntos de vista que:
- abordan de manera aclasista las alianzas internacionales de las clases burguesas (UE, OTAN, BRICS, etc.)
- no toman una posición clara contra el nacionalismo y las percepciones racistas que se desarrollan contra los refugiados, los inmigrantes, así como otras minorías.
- promueven percepciones sobre un “mundo multipolar”, sobre “leyes y normas del derecho internacional” y entienden estas leyes y reglas como un producto supraclasista de resoluciones pacíficas y no como el reflejo de una correlación de fuerzas concreta etc.