En toda Grecia continúan las eventos del 48o Festival de la Juventud Comunista de Grecia, con varias actividades políticas y culturales. El sábado 17/9/2022, el Secretario General del CC del KKE, Dimitris Koutsoumbas, fue el orador principal en el evento relativo en Tesalónica. En su discurso destacó la identificación estratégica de los partidos que apoyan el euro-atlanticismo, las opciones del capital, y se refirió en detalle a la lucha del KKE y su propuesta política. En gran parte de su discurso hizo referencia a los acontecimientos científicos y las evaluaciones del KKE de estas. A continuación se cita un amplio extracto de su discurso.
“Sabéis que nuestro Partido, especialmente en los últimos seis meses, ha desarrollado una acción significativa contra la guerra imperialista, el paso de soldados por Grecia, el envío de sistemas de armas a los frentes de guerra, la transformación del país en cabeza de puente de guerra.
Esta acción es inspirada de la que habíamos desarrollado hace 23 años, aquí en Tesalónica, contra los bombardeos de la OTAN contra Yugoslavia.
Estas acciones molestan el sistema y sus representantes y por eso llevan esposados a luchadores, a miembros del KKE y de la KNE a juicio.
Nuestro Partido, entonces y hoy, rechaza los pretextos y destaca las verdaderas causas de la guerra en Ucrania.
Esta guerra no se libra ni por la “democracia” ni por la “libertad” como afirman falsamente EE.UU, la OTAN y la UE. Esta guerra tampoco se libra por el sufrido pueblo de Donbas y la “lucha contra el fascismo”, como afirma la dirección de la Rusia capitalista actual.
Detrás de los falsos pretextos de “democracia” y “antifascismo”, se esconden los intereses de la plutocracia, de sus poderosos monopolios, por las materias primas, la energía, las rutas de transporte de mercancías, las cuotas de mercado.
Esta guerra, que ha sembrado la muerte de miles de personas y ha desalojado a millones más, es una guerra injusta, una guerra entre “ladrones” que devora la carne de la gente para los beneficios de uno u otro capitalista.
No olvidemos que el derrocamiento del socialismo y la disolución de la Unión Soviética en 1991 dieron el puntapié inicial para la acumulación de los factores que llevan hoy a los pueblos a un derramamiento de sangre.
Después de que todo lo que había construido el pueblo soviético con trabajo y sacrificio durante 70 años, así como la propia fuerza de trabajo se convirtieron en objeto de compra y venta, se formó el marco y la base para el desarrollo y la intensificación de nuevo de los antagonismos entre los estados capitalistas y sus alianzas imperialistas.
La OTAN y la UE han extendido sus “tentáculos” en los territorios que el capital ruso considera como su área de influencia.
Ucrania, por muchas razones, ha sido un punto de duro conflicto, ya que fue y sigue siendo importante en los planes de unificación capitalista de cada parte, involucrada en el conflicto.
Por lo tanto, pueblos como el ruso y el ucraniano que tuvieron grandes logros juntos, en los años del socialismo, actualmente se están matando unos a otros.
La guerra que se desarrolla en Ucrania, muy cerca de nuestro país, y particularmente Tesalónica, no puede dejarnos indiferentes.
Porque, además, esta guerra tiene una particularidad significativa, en relación con otras guerras e intervenciones imperialistas que han tomado lugar en los últimos 30 años en Yugoslavia, Afganistán, Libia, Siria, y en países de África y Asia.
Se está desarrollando en el suelo de un país con instalaciones nucleares, con plantes de energía nuclear y ni siquiera hace falta utilizar armas nucleares para un desastre a gran escala.
Incluso porque esta guerra señala una confrontación más general entre EE.UU y sus aliados de la UE y la OTAN, por un lado, y China y el bloque euroasiático, que está en curso de formación, por el otro.
Se trata de un choque entre potencias del mundo imperialista contemporáneo, un enfrentamiento por la primacía en el sistema capitalista mundial.
Hasta ahora, Ucrania funciona como “cojín de aire” de EE.UU-OTAN, mientras que Rusia funciona como “cojín de aire” de China.
Los pueblos de estos países ya están pagando con su sangre el enfrentamiento capitalista, pero no son los únicos.
Los pueblos de Europa son, entre otras cosas, víctimas de las consecuencias económicas de este gigantesco conflicto.
A las consecuencias del llamado “desarrollo verde”, que se lleva a cabo para servir los intereses de los monopolios “verdes” y no para salvar el medio ambiente, se han sumado las consecuencias de la guerra por la energía, disparando los precios, la inflación, las facturas de electricidad y de gas natural, que las capas populares serán llamadas a pagarlas.
En este conflicto, la alineación de la UE con EE.UU con respecto a las sanciones contra Rusia no significa que “tira piedras a su tejado” como afirman algunos.
La UE juega un papel activo en la guerra en Ucrania desde el principio.
Contribuyó al derrocamiento inconstitucional de 2014 en Ucrania, e incluso apoyó a fuerzas fascistas para servir su causa.
La UE, que es una unión de intereses antipopulares, se involucra activamente en la guerra porque de este modo considera que puede servir mejor la penetración de sus monopolios en el territorio euroasiático, aumentar su rentabilidad y poder competir tanto con China como con sus aliados.
La guerra permite a los gobiernos antipopulares de la UE, de derecha e “izquierda”, fortalecer tanto la llamada “transición verde” como su militarización, los mecanismos a expensas del movimiento obrero y popular.
Esto, por supuesto, no significa que los líderes europeos no se verán obligados en el período próximo a hacer maniobras, bajo la presión energética que se está ejerciendo sobre sus economías, así como bajo la lucha de los trabajadores que inevitablemente crecerá.
El gobierno de la ND, tal como SYRIZA, KINAL-PASOK, en total las fuerzas que apoyan a la OTAN, tienen enormes responsabilidades por la implicación del país en la guerra, la transformación de Grecia en “cabeza de puente” imperialista, la expansión y el aumento de las bases de muerte, el transporte de tropas, la financiación y apoyo de la guerra.
Este desarrollo convierte el pueblo en objetivo de contramedidas militares del lado opuesto.
Nuestro país debe desvincularse de los planes y organizaciones imperialistas.
¡Que se cierren las bases extranjeras!
¡Que regresen al país las fuerzas armadas que están fuera de las fronteras!
¡Que se detenga ya la implementación de sanciones contra Rusia que ponen nuevas cargas económicas sobre las espaldas de los pueblos de Europa!
La guerra en Ucrania ha arrojado su sombra sobre las relaciones greco-turcas, y los oficiales del gobierno afirman que supuestamente no debemos permitir el “revisionismo” ruso de Putin, porque de tal modo se refuerza el “revisionismo” de Erdogán hacia Grecia y Chipre.
Pero, ¿quiénes son los que primeros impulsaron el “revisionismo”?
¿No son ellos los que desmantelaron Yugoslavia?
¿No son la OTAN, la Unión Europea y EE.UU.?
¿No son ellos los que destruyeron Libia?
¿No son ellos los que han violado repetidamente el Derecho Internacional en Afganistán, Siria y en tantos lugares en el globo?
¿No son ellos los que permiten que Turquía siga ocupando el 40% de Chipre, y que se arme con armas modernas y que desarrolle su propia industria militar?
¿ No son ellos los que permiten que Turquía reconozca zonas grises en el Egeo, que cuestione la soberanía de las islas griegas y los derechos soberanos de Grecia y Chipre a través de la llamada doctrina “Patria Azul”?
Escuchamos hace unos días al Primer Ministro griego alzar la voz, para decir que “¡la retórica neo-otomana” de los líderes turcos no pasará!”
Y todo ello se dijo mientras los aviones de combate del “aliado”, Turquía, estuvieron realizando sobrevuelos de las islas griegas. Cuando el espacio aéreo es constantemente violado por los aviones de combate turcos “aliados”. Cuando nuestros “aliados poderosos” que también son “aliados” de Turquía, hacen todo lo posible para mantener a Turquía en el “avispero” de la OTAN, lejos de la influencia maliciosa de Rusia.
¡Qué extraña esta “alianza” de la OTAN!...
En ésta un “aliado” amenaza a otro “aliado” de que “tal vez venga una noche” con sus armas para imponer sus pretensiones, que en estos días han cambiado de nivel. Ahora no habla solamente de la desmilitarización inaceptable de las islas griegas, sino que estas son el resultado de “invasión y ocupación” y esto es aún más peligroso.
¿Qué interés tienen los pueblos de Grecia, de Turquía y de otros países en tal “alianza” donde los “aliados” se enriquecen vendiendo armas que serán utilizadas por otros “aliados” para matarse unos a otros?
Estos “aliados” son los que, junto con otros regímenes reaccionarios, como el de Israel y de Arabia Saudita, se han presentado por todos los gobiernos griegos supuestamente como una “garantía” para la seguridad del país y la “paz” de los pueblos.
La realidad es totalmente al revés.
Porque los sistemas de armas modernos se compran, pero luego se controlan con diversos modos por estas potencias. Las supuestas “garantías” de estas potencias no son suficientes para evitar el caos de las guerras que crean en el seno de este sistema capitalista y convertir a los pueblos en carne de cañón para la rentabilidad de los monopolios.
No se puede confiar en los gobiernos burgueses, los partidos del euroatlanticismo, y las “peleas de gallos” fingidas donde el “basta ya con las bravatas” se alterna con abrazos en las cumbres de la OTAN y en los consejos empresariales del mercado capitalista.
La solución para los pueblos de Grecia, de Turquía y de los demás países vecinos radica en la lucha por la desvinculación de los intereses y los planes de las clases burguesas y sus organizaciones imperialistas.
Los pueblos con su lucha pueden poner un fin a las causas que dan lugar a derramamientos de sangre y guerras”.
21.09.2022
