El 14 de octubre de 2025, el día que se debatía en el Parlamento el proyecto de ley antilaboral que prevé la jornada laboral de 13 horas, tuvo lugar en Grecia una nueva huelga general, por segunda vez en 15 días.
La huelga fue convocada por treinta y ocho centros laborales que son uniones de sindicatos a nivel local, entre ellos los centros laborales de las principales ciudades griegas (Atenas, Tesalónica, el Pireo, Patras, Lárisa, Ioannina), así como por 18 federaciones sectoriales de sindicatos, entre ellas la mayor confederación sectorial de sindicatos en el sector privado, la de los trabajadores en la construcción, así como las grandes federaciones de los trabajadores en la producción industrial de alimentos-bebidas, la industria farmacéutica, la industria textil, la federación de los sindicatos en la industria química, en la Energía, en los ferrocarriles, etc. Además la confederación de todos los sindicatos en el sector público (ADEDY) tamó una decisión de participación a la huelga en contraposición a la mayoría de la confederación de sindicatos del sector privado (GSEE), que una vez más apoyó en la práctica al gobierno antipopular y la patronal. Así que el gran éxito de la huelga fue una respuesta no solo al gobierno y a las cúpulas pactistas de GSEE.
Los centros de trabajo, las fábricas, los sitios de construcción, los puertos, los bancos, los transportes se paralizaron, y miles de trabajadores llenaron las calles de Atenas y otras ciudades para protestar contra la política que, para servir las ganancias de los grupos empresariales, crea constantemente obstáculos a la vida del pueblo, intensifica la “flexibilidad” y la explotación de la clase obrera y se esfuma el ingreso a causa de los altos precios.










