Prólogo
El KKE se fundó en 1918 como producto maduro del desarrollo del movimiento obrero en nuestro país, así como bajo el impacto de la Gran Revolución Socialista de Octubre de 1917 en Rusia.
El KKE es la vanguardia consciente y organizada de la clase obrera y tiene como objetivo estratégico el derrocamiento del capitalismo y la construcción del socialismo-comunismo.
La larga experiencia positiva y negativa del movimiento comunista internacional y del KKE ha confirmado que la clase obrera no puede cumplir su misión histórica si no tiene su propio Partido robusto, bien organizado y teóricamente armado, el Partido Comunista.
El KKE está guiado por la cosmovisión revolucionaria del marxismo-leninismo. Siguiendo sistemáticamente los nuevos logros científicos y tecnológicos trata de interpretar los desarrollos de manera dialéctica-materialista, generalizar la experiencia del movimiento obrero y popular en base a la ideología comunista y con criterio la necesidad de liberar a la clase obrera de la explotación. Ha combatido las teorías reaccionarias como la de Grecia como el “pariente pobre”, de la “inferioridad de las mujeres”, de las teorías racistas, del nacionalismo-cosmopolitismo del capital, del oscurantismo y la intolerancia, ha luchado por una educación popular profundamente humanística y científicamente fundamentada. Ha inspirado con su ideología y luchas a intelectuales y artistas radicales, se ha destacado como defensor firme y consecuente de la cultura del pueblo griego.
Desde su fundación, el KKE ha defendido el principio del internacionalismo proletario. Ha defendido la construcción socialista en la URSS, en los demás países de Europa, de Asia y en Cuba. Ha participado en la Internacional Comunista, ha expresado su solidaridad con las luchas de la clase obrera mundial, con los pueblos que luchaban por su liberación nacional, por el socialismo. El KKE también ha recibido, en períodos cruciales y difíciles de su lucha, la solidaridad y el apoyo del movimiento comunista y obrero internacional. Está luchando por el reagrupamiento del Movimiento Comunista Internacional después de la derrota y la crisis que ha sufrido y sigue sufriendo hasta hoy día, sobre todo después de la victoria de la contrarrevolución de 1989-1991.
El KKE, desde su fundación, ha estado al lado de la juventud de nuestro país. Se ha ocupado de sus problemas y futuro. Sigue confiando a la nueva generación, a su capacidad de contribuir a la construcción del futuro socialista.
Su trayectoria histórica entera demuestra la necesidad de su existencia en la sociedad griega. El KKE no ha perdido nunca su continuidad histórica. Ha combatido el oportunismo y el liquidacionismo en sus filas y ha sido capaz de sacar conclusiones de sus 95 años de actividad. Ha logrado mantener su carácter revolucionario en condiciones difíciles, mientras no ha tenido nunca miedo de reconocer sus errores, desviaciones, de hacer una autocrítica abierta ante el pueblo.
El KKE en sus 95 años de historia ha sido firmemente comprometido con los principios fundamentales de un Partido Comunista obrero revolucionario: el reconocimiento del papel dirigente de la clase obrera en el progreso social y la ideología marxista-leninista como teoría revolucionaria para la actividad política revolucionaria. No ha renunciado nunca a la lucha de clases, ni a la revolución socialista o la dictadura del proletariado.
El KKE ha soportado la turbulencia de la victoria de la contrarrevolución en la Unión Soviética y en los Estados de la construcción socialista en Europa y Asia. Esta resistencia no es accidental. Ha sido forjada con lazos históricos de sangre con la clase obrera y el campesinado pobre desde el primer momento de su fundación.
Desde 1918 en adelante, el KKE ha dado un contenido político a las luchas obreras contra la explotación capitalista y por ello resultó con muchos muertos, torturados y perseguidos. En las primeras décadas de su existencia, ha experimentado la represión estatal por todas las formas del poder burgués (parlamentaria, dictatorial) organizando con persistencia a la clase obrera, con resultados positivos para el movimiento popular. Ha sido firme en las condiciones particularmente duras de la clandestinidad en varios períodos. Ha jugado un papel principal en la lucha armada contra la “ocupación triple” (la ocupación del país de las tropas fascistas de Alemania, Italia, Bulgaria) con la Resistencia de EAM-ELAS. En dos ocasiones, el diciembre de 1944 y la lucha de tres años (1946-1949) del Ejército Democrático de Grecia (DSE), el movimiento obrero encabezado por el KKE y el movimiento campesino aliado entraron en conflicto armado con el poder burgués, que fue apoyado por la intervención militar imperialista directa, al principio de Gran Bretaña y luego de los EE.UU.
En su trayectoria de 95 años ha luchado contra la idea de que los explotados deben colaborar con los explotadores, de que deben someterse a los explotadores, y defendió las conquistas obreras y populares.
Las raíces históricas profundas del KKE en la clase obrera y el pueblo y el seguimiento firme de los principios del marxismo-leninismo explican por qué en crisis anteriores y sobre todo en 1968 y en 1991 ha logrado salvaguardar su continuidad histórica a pesar de la retirada de gran parte de sus fuerzas.
El KKE se ha reagrupado a nivel organizativo, ideológico y programático durante todo el período nuevo de su Historia, en base a los cinco Congresos intervinientes después de la crisis de 1991. El producto de esta trayectoria es este Programa aprobado por el 19º Congreso, que desarrolla la estrategia general del KKE por el socialismo y las tareas básicas de la lucha de clases.
