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Sobre la guerra en Ucrania y la propuesta “de paz” de China

Su paz se edifica sobre los restos y en las llamas de la guerra imperialista

Los de arriba dicen:

La paz y la guerra

son de naturaleza distinta.

Pero su paz y su guerra

son como viento y tormenta.

La guerra nace de su paz

como el hijo de la madre

Tiene sus mismos rasgos terribles.”

(Bertolt Brecht)

En muchos lugares del planeta, incluso desde los primeros días de la primavera, se manifestaron “procesos de paz” e iniciativas respectivas, que en esencia son arreglos con la intervención de potencias imperialistas fuertes.

Así:

Un plan franco-alemán de “paz” se promueve en Serbia, pidiendo al gobierno serbio a aceptar el reconocimiento inmediato de Kosovo, el protectorado de la OTAN, a cambio de “facilitar” la integración de Serbia y de Kosovo en el seno del euroatlanticismo.

Una conferencia pentalateral “sobre la seguridad” formada por EE.UU, Israel, Egipto, Jordania y la Autoridad Nacional Palestina se celebró en Aqaba, Jordania, con el fin de “rebajar y evitar una escalda de violencia” entre el agresor (véase Israel) y la víctima (véase el pueblo de Palestina).

En la India, los ministros de Finanzas y luego los ministros de Asuntos Exteriores del G20, es decir de los veinte estados capitalistas más poderosos, debatieron sobre temas de seguridad mundial, sin llegar a alguna conclusión.

Además, China planteó su propio plan de “12 puntos” para la solución de la guerra en Ucrania, en que no se menciona con su nombre sino como “crisis ucraniana”.

Parafraseando al poeta Brecht, cabe decir que todos los anteriores “planes por la paz”, la paz se parece a la guerra imperialista y tiene los mismos rasgos terribles, p.ej. en todo lo anterior la “piedra angular” sigue siendo las ganancias de los monopolios, es decir lo que ha llevado a las intervenciones y guerras imperialistas.

A continuación, abordaremos exclusivamente el “plan de paz” de China[1] con respecto a la guerra imperialista en Ucrania.

Una guerra extraña…

La verdad es que la invasión rusa en Ucrania, en febrero de 2022, no fue más que la declaración formal de la guerra que había empezado ya desde hace años, entre las potencias de EE.UU, la OTAN y la UE, que utilizan como punta de lanza a Ucrania, y por otra parte la Rusia capitalista que se utiliza como “bolsa de aire” de China en la gran confrontación de la última con EE.UU por la supremacía en el sistema imperialista.

Por supuesto, hablamos de una guerra “extraña”. Mientras en las batallas miles de personas pierden su vida, los capitalistas de ambos bandos de la guerra y sus gobiernos siguen manteniendo, por lo menos una limitada, en relación con el período antes de febrero de 2022, colaboración estable, también comercial entre otros.

Así, por ejemplo, Rusia sigue vendiendo uranio a EE.UU y Francia para sus instalaciones nucleares. De hecho, cubre el 20% de las necesidades de los 92 reactores nucleares estadounidenses[2], mientras que Francia en 2022 recibió 153 toneladas de uranio ruso, cubriendo el 15% de sus necesidades[3]. Otro ejemplo: El 2 de marzo, una nave espacial con una tripulación de cuatro personas, dos estadounidenses, un cosmonauta ruso y un astronauta de los Emiratos Árabes Unidos, fue lanzada desde el Centro Espacial estadounidense Kennedy de la NASA, en Cabo Cañaveral (Florida), rumbo a la Estación Espacial Internacional. Mientras tanto, ese mismo día, la empresa rusa "Gazprom" anunció que había enviado 42,4 millones de metros cúbicos de gas a la UE a través de los gasoductos de Ucrania que estaba en plena guerra, en beneficio de sus accionistas capitalistas. Mientras, la empresa estadounidense "Chevron" sigue cargando desde el puerto ruso de Novorossiysk, en el Mar Negro, el petróleo que extrae en Kazajstán y que llega allí a través de un oleoducto de 1.500 km que atraviesa los territorios de Kazajstán y Rusia. A través de este oleoducto se transportan al mercado mundial dos tercios del petróleo extraído en Kazajstán.

Además, las materias primas rusas y otros productos siguen transportándose a través de "terceros países" hacia el llamado "Occidente colectivo", como es el término que utiliza Rusia para describir a los países que implementan el bloqueo comercial en su contra, incluso Japón o Australia, que no forman parte geográficamente del Occidente.

Y, por otra parte, los productos fabricados en el "Occidente colectivo" se venden a Rusia a través del llamado "Sur global", como se denomina ahora a los países que no implementan el bloqueo antirruso, entre ellos China, India, Turquía y otros países que no se encuentran, por supuesto, en el hemisferio sur de la Tierra.

Además, se están abriendo nuevos "corredores" comerciales, como el corredor "Norte-Sur", por ejemplo, de Rusia a los puertos de Irán, pasando por el mar Caspio.

Es realmente extraña esta "nueva geografía", tal como esta guerra imperialista, que mientras les ha costado la vida a miles de personas, sobre todo de jóvenes en Ucrania y Rusia, al mismo tiempo sigue aumentando los beneficios de unos pocos, que en ambos bandos de la guerra se enriquecen...

 

... y los respectivos "acuerdos de paz" de Minsk

El reciente "plan de paz" chino no es el primero relativo a esta guerra. Fue precedido por los llamados acuerdos de Minsk.

Lo que Brecht escribió sobre estos acuerdos es perfectamente válido:

"Cuando los de arriba hablan de paz

el pueblo llano sabe

que habrá guerra.

Cuando los de arriba maldicen la guerra

ya están escritas las hojas de movilización".

Es significativo que el KKE señalara desde el primer momento la llamada "ambigüedad diplomática" de los acuerdos específicos de Minsk, que sugería que era simplemente un acuerdo de "alto el fuego" antes de que comenzara un nuevo derramamiento de sangre.

Hoy se sabe, por las confesiones de Zelenski, de Merkel, que el bando de la Unión Europa y la OTAN no tenía intención de cumplir con ninguno de ellos. Además, por una declaración de V. Surkov, antiguo asesor del presidente ruso y uno de los autores del Acuerdo de Minsk 2, queda claro que el bando ruso tampoco creía que estos acuerdos se iban a cumplir cuando los estuvo preparando y firmando[4].

Pero, ¿por qué se prepararon y se firmaron, fomentando falsas esperanzas a millones de personas, y en primer lugar a los que estaban en la zona de guerra?

Cabe recordar que los Acuerdos de Minsk 1 y 2 se firmaron en 2014 y 2015, respectivamente, bajo los auspicios de la OSCE. Tal era su ambigüedad sobre cómo se aplicaría la notoria autonomía de las regiones de Donbás y cómo se preservaría al mismo tiempo la integridad territorial de Ucrania, que desde el principio se planteó la pregunta: ¿Por qué se firmaron? ¿Por qué los invocaban ambos bandos durante 8 años mientras continuaba la matanza?

La respuesta es ¡porque les convenían a todos los sectores de la burguesía y expresaban un compromiso temporal sobre el equilibrio de fuerzas de entonces!

Le convenían a la burguesía ucraniana, que mientras tanto cambió la Constitución, añadió la orientación de adhesión a la UE y a la OTAN,  tomó nuevas medidas anticomunistas y en general antidemocráticas contra quienes cuestionaban sus opciones geopolíticas, rearmó al ejército con armas estadounidenses y en general occidentales, lo reconstituyó e integró en ello a los grupos armados fascistas del tipo del Batallón Azov. Así que necesitaba tiempo.

Le convenían a la burguesía rusa y al sector correspondiente de los capitalistas, que tenían el control en las llamadas "Repúblicas Populares" de Donbás, porque limpiaron las filas de los grupos armados de autodefensa de Donbás de cualquier elemento no controlado por ellos. Durante este tiempo, como por arte de magia..., todos los comandantes de los grupos armados de autodefensa del Donbás que se declaraban comunistas e izquierdistas fueron exterminados (asesinados). La burguesía rusa tomó toda una serie de medidas para controlar la situación en Donbás, financiando y reorganizando el aparato administrativo burgués de las llamadas "Repúblicas Populares", haciéndose cargo del armamento de sus fuerzas, e incluso promoviendo allí organizaciones paramilitares armadas nacionalistas de extrema derecha, siguiendo el ejemplo de la burguesía ucraniana.

Cuando las distintas partes en conflicto consideraron que se habían alcanzado los objetivos fijados y que el equilibrio de fuerzas estaba ahora a su favor, se puso fin formalmente a los acuerdos de Minsk.

Así son las cosas, en general, con los acuerdos de Minsk.

 

La nueva propuesta china...

La propuesta de paz de China consta de 12 puntos, que son más bien la formulación de "reglas" que conducirán a la paz, como afirman sus inspiradores.

En resumen, es la siguiente:

Punto I: Respetar la soberanía nacional de todos los países. Debe observarse estrictamente el derecho internacional universalmente reconocido, incluidos los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas. La soberanía nacional, la independencia y la integridad territorial de todos los Estados deben ser efectivamente defendidas (...)

Punto II: Abandonar la mentalidad de la Guerra Fría. La seguridad de un país no debe perseguirse a expensas de los demás. La seguridad de una región no debe lograrse reforzando o ampliando los acuerdos militares (bloques). Los intereses legítimos y las preocupaciones de seguridad de todos los países deben tomarse en serio y abordarse adecuadamente (...)

Punto III: Cese de las hostilidades (...)

Punto IV: Reanudar las conversaciones de paz (...)

Punto V: Resolver la crisis humanitaria (...)

Punto VI: Proteger a los civiles y a los prisioneros de guerra (...)

Punto VII: Mantener la seguridad de las centrales nucleares (...)

Punto VIII: Las armas nucleares no deben utilizarse y no deben librarse guerras nucleares (...)

Punto IX: Facilitar las exportaciones de grano (...)

Punto X: Poner fin a las sanciones unilaterales (...)

Punto XI: Mantener estables las cadenas industriales y de suministro (...)

Punto XII: Promover la reconstrucción post-conflicto. La comunidad internacional debe tomar medidas para apoyar la reconstrucción post-conflicto en las zonas de conflicto. China está dispuesta a proporcionar ayuda y a desempeñar un papel constructivo en este empeño.                           

 

...y su nueva "ambigüedad diplomática".

La primera impresión que causa esta propuesta al lector desprevenido es que, efectivamente, se trata de una propuesta buena y coherente para encontrar por fin una solución pacífica. No faltaron PP.CC de otros países que salieron a saludarla, como el PC eurocomunista de España, que recita himnos por la paz mientras participa en el gobierno de un país miembro de la OTAN que participa activamente en la guerra, enviando grandes cantidades de armas al gobierno reaccionario de Zelenski. ¡Qué hipocresía!

Sin embargo, en una segunda lectura, cualquier lector de esta propuesta comprenderá que estamos ante otra “ambigüedad diplomática”.

Así, la propuesta china habla en términos generales de "respeto de la soberanía nacional de todos los países", de "la independencia y la integridad territorial de todos los Estados". Cabe destacar que estos puntos de la propuesta china comentó como positivos el Presidente ucraniano V. Zelenski, estimando que China está hablando de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania que fueron abolidas por la invasión militar rusa de 2022. Sin embargo, la parte rusa tampoco tiene nada que oponer a estas frases de la propuesta china, ya que considera que tanto Crimea, incorporada al territorio ruso en 2014, como los nuevos territorios anexionados en 2022 a la Federación Rusa, forman parte de la soberanía y la integridad territorial de Rusia. Crimea, Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia se consideran regiones rusas, que ahora se mencionan por su nombre en el artículo 65 del capítulo 3 de la Constitución revisada de la Federación Rusa[5].

Así que todos podemos entender que la propuesta china, que en general se refiere a la “integridad territorial” de todos los Estados, contiene mucha “ambigüedad diplomática” y tiene claramente una doble interpretación, mientras que la propia China pide que se ponga fin al uso del “doble rasero” en las relaciones internacionales.

Además, todo lo que incluye sobre la “seguridad de un país”, que “no debe perseguirse a expensas de otros”, ya estaba incluido en los documentos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), entre cuyos miembros, además de los países de la UE, se encuentran Rusia y EE.UU. Sin embargo, todos estos principios proclamados y tantas otras bellas declaraciones de paz, suscritas por todos los Estados burgueses, no pudieron impedir la guerra. ¿Por qué ahora la detendrá el reconocimiento de estos mismos principios que han sido proclamados tantas veces?

Para entender qué pasa exactamente con esta propuesta china, tenemos que ver el panorama general, que tiene dos matices principales:

a) El perfeccionamiento y fortalecimiento de los sistemas de armamento que ambos bandos están utilizando en el conflicto militar.

b) La llamada reconstrucción de Ucrania, incluidos los “nuevos territorios”, como describe Rusia los territorios que ha incorporado a su territorio.

 

El aspecto militar de la implicación de China en la guerra

Según Xiang Lanshin, profesor chino de Historia y Política Mundiales, “los militares chinos habían sobrevalorado la capacidad del ejército ruso. De hecho, deberían conocer a sus homólogos rusos mejor que nadie: hemos realizado muchas maniobras conjuntas, interacciones y diálogos a distintos niveles. Hemos llegado a la conclusión de que, a pesar de los problemas económicos de Rusia, este país sigue siendo la segunda potencia mundial en el ámbito militar. Pero para ser sinceros, China esperaba mucho más de las capacidades militares rusas. Y ésta es una lección que se toma muy en serio”[6].

Por supuesto, las dificultades específicas del ejército ruso están siendo  estudiadas por la OTAN, especialmente a la vista de los objetivos militares fijados por cada parte. Si la parte ucraniana, al obtener nuevas armas de la OTAN, fija como objetivo militar la “liberación” de todos los territorios ucranianos, incluida Crimea, la parte rusa fija como objetivo militar primordial la “liberación” de todos los límites administrativos de los territorios que ha incorporado a su territorio. Además, no se puede ignorar que Odesa es la única ciudad importante, situada en el centro de una franja de territorio de menos de 150 km de longitud, que Rusia podría tratar de ocupar para completar también la separación completa de Ucrania del Mar Negro, permitiendo la formación de un canal terrestre con el importante enclave de Transnistria, región que se ha separado de Moldavia y cuyos dirigentes llevan años buscando su integración en Rusia.

Se lanzan nuevas armas a los campos de batalla. Su eficacia no es sólo un indicio para nuevas ventas en el gran mercado armamentístico, donde EE.UU, Rusia, Francia, China y Alemania tienen una clara ventaja, sino que determinará en última instancia las “ganancias” territoriales de cada bando en el conflicto imperialista.

En los últimos días han aumentado los rumores procedentes de EE.UU de que China se dispone a enviar nuevas armas a Rusia. De hecho, EE.UU han  sancionado a la empresa china Spacety, a la que acusan de suministrar fotografías aéreas al ejército privado ruso Wagner, que se ha convertida en la “punta de lanza” de las operaciones militares rusas en el territorio ucraniano. El jefe de “Wagner”, tratando de refutar estas acusaciones, afirmó que desde hace año y medio el ejército privado ruso dispone de una veintena de satélites. Así, puede ver cualquier punto de la Tierra y no necesita fotografías aéreas de satélites chinos[7]. Al mismo tiempo, se conoció el “enfrentamiento” entre Wagner y el Ministerio de Defensa ruso en relación con su suministro de munición, lo que, al margen de diversas intrigas en el seno de la cúpula rusa, confirma la importancia de seguir abasteciendo ininterrumpidamente a las operaciones rusas de munición y nuevas armas, a lo que China sí puede contribuir.

La presentación de la propuesta de “paz” por parte de China pretende, por tanto, mantener un estatus de “neutralidad formal” para ese país en el conflicto. Al mismo tiempo, en caso de rechazo de la propuesta china, lo que ya ha hecho Estados Unidos, da a China un pretexto adicional para proceder a la venta de municiones y armas a Rusia. Nadie puede subestimar que China es actualmente el cuarto mayor traficante de armas del mundo y que puede suministrar directamente a Rusia tanto municiones como armas modernas.

 

Se prepara la “fiesta” de la reconstrucción mientras la guerra sigue

La propuesta china llega en un momento en que las líneas principales del frente permanecen en gran medida estables y, aunque la guerra no ha terminado y se derrama sangre en ambos bandos, al mismo tiempo se ha preparado el “buffet” de la reconstrucción de las infraestructuras y ciudades destruidas.

Werner Hoyer, Presidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), afirmó que sólo en 2022 el banco “financió proyectos por valor de 2.200 millones de euros en Ucrania, principalmente en infraestructuras de transporte, energía, suministro de agua, transmisión de electricidad, escuelas y hospitales, y que las inversiones actuales en el país ascienden a 7.300 millones de euros”. Señalando que la factura de la “reconstrucción” de Ucrania será enorme y se necesitarán “garantías”, y pidiendo “el apoyo de la UE y la movilización del sector privado antes del final de la guerra”[8].

Del mismo modo, en los territorios ocupados por la parte rusa, que no son pocos, ya que viven 11 millones de personas (2,2 en Lugansk, 4 en Donetsk, 1,5 en Zaporiyia, 1 en Jersón, 2,5 en Crimea), hay cientos de plantas industriales, enormes riquezas minerales y tierras fértiles. En la reconstrucción de estas regiones (a excepción de Crimea, incorporada a Rusia desde 2014), y mientras continúan los combates, trabajan ya entre 50.000 y 60.000 obreros de la construcción las 24 horas del día en 3 turnos. Según los datos de la nueva subdirección del Ministerio ruso de Infraestructuras, en los “nuevos territorios” -como se les denomina- de Rusia, a 1 de marzo de 2023 se habían restaurado 4.700 edificios e infraestructuras[9].

La propuesta china, que hace hincapié en la “reconstrucción” tras la guerra, es en realidad la "manifestación del interés de China" que interfiere en la competencia de todos esos monopolios de la construcción y “bancos de reconstrucción” que esperan apropiarse una parte del “pastel” de la “reconstrucción” de las infraestructuras y viviendas dañadas por la guerra, que de nuevo pagarán los pueblos.

El dragón chino reclama con su "espada" y su “oro” el lugar que cree que le corresponde en el corazón de Europa.

 

Por Elisseos Vagenas.

Miembro del Comité Central del KKE, jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del CC del KKE

 

 

 



[1]          Ministerio de Asuntos Exteriores de China, https://www.fmprc.gov.cn/esp/zxxx/202302/t20230224_11030757.html

[2]          “Las exportaciones de combustible y tecnologías nucleares de Rusia aumentaron más de un 20% el año pasado”, https://forbes.ua/ru

[3]          “Francia compró a Rusia 153 toneladas de uranio enriquecido para sus centrales nucleares en 2022”, https://tass.ru

[4]          Agencia de noticias rusa “TASS”, 16/2/23, https://tass.ru

[5]          La Constitución de la Federación Rusa con los cambios de 2022, página web de la Duma Estatal - http://duma.gov.ru

[6]          Entrevista de Shian Lanshin con F. Lukyanov, redactor jefe de la revista “Russia in World Politics”, https://globalaffairs.ru

[7]          “Donbass News”, https://novosti.dn.ua/ru

[8]          Werner Hoyer: La factura de la reconstrucción en Ucrania será enorme, https://www.in.gr

[9]          “Cómo Rusia está resucitando a la Neo-Rusia de entre las ruinas”, https://baltnews.com