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100 años de la Internacional Comunista
Declaración del Comité Central del KKE
El Comité Central del KKE rinde honor al 100 aniversario de la fundación de la Internacional Comunista (IC) (2 - 6 de marzo de 1919). Reconoce su contribución al movimiento obrero y comunista internacional, destacando al mismo tiempo la necesidad de sacar conclusiones de la experiencia que ha acumulado de su actividad.
La IC, fruto de la victoria de la Revolución Socialista de Octubre en Rusia (1917), respondió a la necesidad de coordinación y de unidad del movimiento obrero revolucionario internacional.
La IC tuvo una contribución importante en el apoyo y el fortalecimiento de los partidos comunistas a nivel mundial, mostró solidaridad internacionalista desinteresada a los pueblos oprimidos y en lucha, como en el caso de la creación de las “Brigadas Internacionales” al lado del Ejército Republicano de España (1936 - 1938).
La IC ofreció apoyo multifacético a los luchadores perseguidos en todo el mundo, llevó a cabo una actividad editorial y educativa, organizando escuelas de cuadros sobre la teoría revolucionaria del Marxismo-Leninismo, y operó redes para compartir información política, que también incluía a periodistas.
Los problemas y las contradicciones en la estrategia de la IC que afectaron negativamente a todos los partidos comunistas integrantes, no niegan su contribución al Movimiento Comunista Internacional.
El legado de la IC, el estudio de su experiencia, son valiosos hoy para el reagrupamiento del Movimiento Comunista Internacional, para la elaboración de una estrategia revolucionaria unificada contra el poder capitalista.
A. De la Primera Internacional a la Tercera Internacional (Comunista)
1. Karl Marx y Friedrich Engels, desde la época de las revoluciones burguesas, destacaron el papel histórico de la clase obrera como “sepulturero del capitalismo” y el carácter internacionalista de su lucha. Sentaron las bases científicas de la necesidad y la posibilidad de la revolución obrera comunista y plantearon como condición previa para su victoria la organización internacional del movimiento revolucionario. Abordaron la cuestión de la vinculación de la lucha de la clase obrera por la conquista del poder con la guerra que desarrollaban los estados burgueses entre sí por el reparto de los mercados y de las fuentes de materias primas.
Marx y Engels abrieron el camino en la fundación de la Asociación Internacional de Trabajadores o Primera Internacional, fundada el 28 de septiembre de 1864 por asociaciones sindicales obreras, empresas de asistencia mutua, grupos políticos y culturales, organizaciones conspirativas. La Primera Internacional se fundó como una organización internacional con secciones y polos en varios países. Hizo un llamamiento a la solidaridad internacional hacia los trabajadores advirtiendo a la clase obrera, particularmente a los obreros alemanes y franceses, sobre el peligro de una guerra franco-alemana que podría convertirse en una guerra de anexión. El Manifiesto Inaugural de la Primera Internacional, inspirada del Manifiesto del Partido Comunista, fue un documento importante para las luchas y la perspectiva general de la clase obrera.
En todo el curso de la Primera Internacional, Marx y Engels lideraron la lucha teórica en su seno contra percepciones pequeñoburguesas y otras, que alejaban a la clase obrera del ejercicio de su papel independiente. Combatieron el oportunismo, el bakunismo, el lassalismo y el sindicalismo británico (tradeunionismo).
Independientemente de los problemas de diversidad ideológica, dado que sus organizaciones no habían adoptado el socialismo científico, la Primera Internacional contribuyó al fortalecimiento de la actividad de los sindicatos a escala nacional e internacional, al desarrollo del carácter político de sus actividades.
Además, dio un impulso a la comprensión de la necesidad de la creación de partidos políticos obreros. Su disolución (1876) fue el resultado de su incapacidad de cumplir con su papel en condiciones de nuevas exigencias, lo cual quedó evidente después de la derrota de la Comuna de París (1871) en un período en que el capitalismo pasaba a su fase superior y final, a la fase imperialista.
2. La Segunda Internacional se fundó el 14 de julio de 1889 en París, 100 años después del estallido de la Revolución Francesa y la toma de la Bastilla, en un período de desarrollo rápido y de expansión del sistema capitalista mundial, con la formación de los monopolios y del capital financiero así como de desarrollo rápido del movimiento obrero. Se basó principalmente en los partidos que se formaron por las asociaciones antiguas y los grupos de la Primera Internacional, en los que -a pesar de que el marxismo se había convertido en la corriente dominante en el movimiento obrero- había una influencia por fuerzas reformistas, anarcosindicalistas y otras fuerzas oportunistas. La mayoría de los partidos eran débiles a nivel organizativo e ideológico-político y sufrían presiones para restringir su lucha en el marco de la legalidad burguesa.
Al final, el predominio del reformismo en los partidos de la Segunda Internacional contó con el apoyo material objetivo en el seno de las sociedades capitalistas desarrolladas del Occidente, en la medida en que la explotación de las colonias les dio la oportunidad de hacer concesiones a la clase obrera y crear una extensa aristocracia obrera.
La Segunda Internacional no funcionó como un centro revolucionario internacional ya que no constituía un órgano de dirección único, ni tenía Programa y Estatutos únicos, ni tampoco editó un órgano de prensa, mientras que las Resoluciones de sus Congresos no eran obligatorias para los partidos nacionales.
La Segunda Internacional (1916) se disolvió a causa del predominio de la desviación oportunista, que condujo a la traición de los intereses de la clase obrera en favor de la burguesía en la Primera Guerra Mundial imperialista.
La mayoría de los líderes de la Segunda Internacional se encontraron en campos imperialistas opuestos, e incluso algunos se convirtieron en ministros de guerra. Su traición no fue algo inesperado, sino el resultado de una línea reformista y de la colaboración con la burguesía en tiempos de paz y de “defensa de la patria burguesa” en tiempos de guerra. El reformismo dio lugar al social-chovinismo. Una excepción brillante fueron los bolcheviques en Rusia bajo la dirección de V.I.Lenin, los Internacionalistas-Espartaquistas en Alemania (Karl Liebknecht, Rosa Luxemburgo, Franz Mehring, etc.) y algunos socialistas balcánicos.
La Internacional Comunista desde su fundación hasta su auto-disolución
3. La Primera Guerra Mundial imperialista aceleró el proceso de transformación de los partidos socialdemócratas en partidos burgueses contrarrevolucionarios. La victoriosa Revolución Socialista de Octubre en Rusia en 1917 confirmó el potencial de la clase obrera de tomar en sus manos el poder a través de la revolución.
Puso nuevamente en la agenda la necesidad de formación de un centro revolucionario internacional único con principios y una estructura organizativa revolucionarios, sobre la base de la teoría de Marx y Engels y de la experiencia de la Revolución de Octubre. Lenin lideró la lucha por la formación de tal centro. Planteó el tema de cambio de los Programas de los partidos obreros, el cambio de su nombre en Partidos Comunistas y la necesidad de fundar una nueva Internacional.
La Internacional Comunista se fundó en condiciones de ascenso del movimiento revolucionario en Europa, que se expresó principalmente mediante los levantamientos obreros en Finlandia (1918), en Alemania (1918-1923) y en Hungría (1919), así como con la actividad de vanguardia de trabajadores en todo el mundo, con huelgas, protestas y boicot del transporte de suministros de guerra durante la intervención imperialista de 14 Estados en la Rusia revolucionaria. La IC dio un importante impulso a la fundación de Partidos Comunistas, independientemente del hecho de que estos, aunque adoptaban sus declaraciones, no habían conseguido la madurez ideológica y política para formar un programa y una estrategia correspondiente mediante una elaboración científica.
4. En el primer congreso de fundación de la IC participaron 52 delegados de 35 organizaciones, de 31 países de Europa, de América y de Asia, mientras que algunos delegados no lograron llegar al Congreso porque habían sido detenidos por los gobiernos burgueses. La fundación de la Internacional Comunista formalizó la escisión a escala internacional y nacional que había tomado lugar en una serie de partidos socialdemócratas.
La plataforma del Congreso planteaba que: “Una nueva época surge. Época de disgregación del capitalismo, de su hundimiento interior. Época de la revolución comunista del proletariado...”. La plataforma programática de la Internacional Comunista se refirió a la dictadura del proletariado, se opuso a la democracia burguesa por ser una forma de la dictadura del capital, creó un Manifiesto para el proletariado internacional.
En noviembre de 1919 se fundó la Internacional Comunista Juvenil en Berlín para unir a las fuerzas revolucionarias de los jóvenes en base a la línea general de la Internacional Comunista y promoviendo demandas con respecto a las condiciones de educación, de vida, de trabajo de los jóvenes y la lucha contra el militarismo.
El enero de 1920 se fundó la Federación Comunista Balcánica, como centro único de los partidos comunistas balcánicos, cuya primera decisión fue la adhesión a la Internacional Comunista.
La Internacional Comunista tuvo que luchar contra la influencia de la socialdemocracia en el movimiento obrero. Al final de la guerra, los mecanismos burgueses y las fuerzas oportunistas se adaptaron a las nuevas condiciones y como resultado en su propaganda predominó el pacifismo, en contradicción con la necesidad de lucha de la clase obrera por la conquista del poder. En esta base se fundó de nueva la Segunda Internacional, mientras que después de la Tercera Internacional funcionó durante unos pocos años la llamada Segunda Internacional y Media en la que se agrupaba la llamada socialdemocracia “izquierda”. Ambas organizaciones mantuvieron cierta influencia en el movimiento obrero, con el apoyo incluso de gobiernos burgueses. A nivel internacional lucharon contra el poder soviético. Al mismo tiempo, la Segunda Internacional y la Segunda Internacional y Media se afiliaron a la Federación Sindical Internacional de Ámsterdam con el apoyo de la Oficina Internacional de Trabajo, órgano de la Sociedad de las Naciones imperialista, con el fin de promover los ajustes burgueses necesarios y la colaboración de clases.
5. El 2o Congreso de la Internacional Comunista (Petrogrado y Moscú, 6-25 de julio de 1920) aprobó las Tesis y los Estatutos. Las Tesis planteaban cuestiones de preparación inmediata para la dictadura del proletariado, la formación en cada país de un partido comunista único, el fortalecimiento de la actividad de grupos y partidos que reconocían la dictadura del proletariado, la combinación de la labor legal e ilegal. Al mismo tiempo, consideraban que la actividad de los partidos y de los grupos era “lejos de haber experimentado esta modificación fundamental, esa renovación radical que es necesaria para que se reconozca la acción como comunista y como correspondiente a las tareas previas de la dictadura del proletariado”.
Un documento congresual de gran importancia fue el texto sobre las 21 condiciones para la admisión en la Internacional Comunista, presentadas por Lenin, criticando a los oportunistas y los delegados vacilantes en el Congreso que sostuvieron que el bolchevismo era un fenómeno exclusivamente ruso. Destacó su vigencia universal que no entraba en contradicción con cualquier particularidad nacional. Las más básicas entre las 21 condiciones fueron las que tenían que ver con la limpieza de los partidos de los elementos socialdemócratas y reformistas, la aceptación del principio del centralismo democrático en cada partido comunista y en la Internacional Comunista, la expulsión de los que estaban en desacuerdo con las posiciones de la Internacional Comunista, la condena del pacifismo y del socialchovinismo, y, por extensión, del colonialismo.
Lenin, en su obra importante “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo” debatió el sectarismo que rechazaba la necesidad de la combinación de todas las formas de lucha, el parlamentarismo y la lucha de masas no parlamentaria. Sin embargo, el choque necesario contra esta forma de desviación fue utilizada por el oportunismo de derechas para fortalecerse en las filas de los partidos de la Internacional Comunista.
Mientras se desarrollaba el 2º (y a continuación el 3er) Congreso de la Internacional Comunista, se celebraron conferencias internacionales con mujeres delegadas sobre el trabajo especializado entre las mujeres. El Secretariado Internacional de Mujeres tenía su sede en Moscú y operó encabezado por Clara Zetkin.
6. El 3er Congreso de la Internacional Comunista (Moscú, 22 de junio - 12 de julio de 1921) trató de mejorar la actividad de los comunistas entre las fuerzas obreras políticamente inmaduras dado que la mayoría de los obreros sindicalizados permanecían atrapados en los partidos socialdemócratas, mientras que en algunos continuaba un debate ideológico fuerte, como en Alemania e Italia.
Los levantamientos revolucionarios en Finlandia, Alemania y Hungría fueron sucesos históricos de gran importancia. Sin embargo, el hecho de que no tuvieron resultados victoriosos, llevó a cambios en la correlación de fuerzas. Al mismo tiempo, se estabilizó el poder burgués, y como resultado la cuestión “reforma o revolución” fue planteada como punto central del debate ideológico en las filas del movimiento obrero revolucionario. La presión ejercida por la fuerte influencia de la socialdemocracia en los sindicatos, en los que los comunistas tenían escasa presencia debido a las persecuciones, su exclusión de los centros de trabajo y la propaganda reaccionaria generalizada para la “descomunización” de los sindicatos.
El 3er Congreso lanzó la consigna “Hacia las masas” y la línea del “Frente obrero único” que ayudaría en condiciones no revolucionarias, la actividad conjunta de los obreros influenciados por diversas organizaciones políticas y sindicales.
El problema básico fue que en las nuevas condiciones no revolucionarias no se utilizaron como experiencia las enseñanzas de la línea revolucionaria de lucha en los Soviets. Entonces, desde el febrero hasta el octubre de 1917, para lograr la mayoría en los Soviets, había un fuerte frente ideológico contra los mencheviques, oportunistas que habían sido una minoría antes de 1917 en el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR).
Durante el 3er Congreso de la Internacional Comunista, se fundó (3 de julio de 1921) la Internacional Sindical Roja (Profintern) con la participación de 220 delegados sindicales de todo el mundo, que aspiraba a crear un movimiento obrero sindical en línea de lucha revolucionaria. Las organizaciones sindicales que se integraron en la Profintern (tanto de modo directo como sindicatos simpatizantes, o como movimientos minoritarios) contaban con unos 17 millones de miembros. Profintern se disolvió a finales de 1937, pero en esencia había dejado de funcionar antes, puesto que los Sindicatos Rojos a partir de 1934 habían comenzado a fusionarse con los reformistas en dirección de formar los Frentes Populares.
7. Después del 3er Congreso, la política del “Frente obrero único” y las relaciones con la socialdemocracia constituyeron un terreno de debate ideológico en los órganos de la Internacional Comunista.
Algunos partidos comunistas interpretaban correctamente el “Frente obrero único” como la lucha por el desarrollo de la influencia comunista en las masas obreras y su separación de la socialdemocracia. En otros casos, se definía como medio de presión desde abajo para cambiar la línea de la dirección de los partidos de la socialdemocracia y lograr una cooperación política desde arriba. Pero esta interpretación no fue confirmada.
El conflicto terminó con el predominio de la percepción a favor de la colaboración con la socialdemocracia y la no exclusión de la participación o del apoyo de los comunistas hacia gobiernos burgueses, adoptada en la Resolución del Cuarto Congreso de la Internacional Comunista (Moscú, 7 de noviembre-3 de diciembre de 1922). El Congreso aceptó como posible la participación de los comunistas en un gobierno de obreros y campesinos o en un gobierno obrero, que no sería aún una dictadura del proletariado, aunque no los consideraba como un punto de partida históricamente inevitable para la dictadura del proletariado.
8. El 5º Congreso de la Internacional Comunista (Moscú, 17 de junio - 8 de julio de 1924) concluyó a que la esencia de la consigna “gobierno obrero-campesino” coincidía con la dictadura del proletariado, y prestó atención especial a la bolchevización de los partidos comunistas, lo que significó su desarrollo según los prinicipios leninistas del Partido de Nuevo Tipo.
A continuación, la IC, mediante un curso contradictorio de cambios en su postura hacia la socialdemocracia, gradualmente debilitó su frente contra ella, aunque esta última se había desarrollado como fuerza política contrarrevolucionaria del poder burgués. De tal manera se fortalecieron las posiciones oportunistas de derechas en las filas de los partidos de la IC.
9. La discusión sobre el Programa de la Internacional Comunista que comenzó en el 3er Congerso (1921) al final concluyó en el 6º Congreso (Moscú, 15 de julio - 1 de septiembre de 1928).
En el Programa se destacó, correctamente, el análisis leninista de que “la desigualdad en el desarrollo económico y político es una ley absoluta del capitalismo” y por lo tanto “de aquí se deduce que es posible que la victoria del socialismo empiece por unos cuantos países capitalistas, o incluso por un solo país capitalista”. Sin embargo, distinguió tres tipos básicos de revoluciones en la lucha por la dictadura mundial del proletariado, en base a la posición de cada país capitalista en el sistema imperialista internacional:
1. Países del capitalismo desarrollado en los que fue imposible el paso directo a la dictadura del proletariado. 2. Países con medio nivel de desarrollo del capitalismo, donde no se había finalizado la transformación democrática burguesa en las que se consideraba posible una más o menos rápida transición de la revolución socialdemócrata a la socialista. 3. Países coloniales o semicoloniales, en los que la transición a la dictadura del proletariado tenía como requisito un período entero para la transformación de la revolución democrática burguesa en socialista.
Fueron subestimados el carácter internacional de la época del capitalismo monopolista y la agudización de la contradicción básica entre el capital y el trabajo. Además, el análisis de la IC no fue orientada en base al hecho objetivo de que el desarrollo desigual de las economías capitalistas y las relaciones desiguales entre Estados no se pueden abolir en el terreno del capitalismo. En último análisis, el carácter de la revolución en cada país capitalista se determina objetivamente por la contradicción básica que está llamada a resolver, independientemente del cambio relativo de la posición de cada país en el sistema imperialista internacional. De la agudización de la contradicción básica entre capital y trabajo en cada país capitalista, en la época del capitalismo monopolista, se desprende el carácter socialista y las tareas de la revolución.
Fue subestimado el carácter de la época como época de transición del capitalismo al socialismo y el potencial de las relaciones de producción socialistas de dar un gran impulso, de liberar el desarrollo de las fuerzas productivas, tal como quedó demostrado en la Unión Soviética.
Erróneamente, el imperialismo se consideraba como una forma de política externa violenta de algunos países -los más fuertes-, mientras que en el sistema imperialista se incluían decenas de países (el capitalismo monopolista se había formado también en China y en Brasil). Al mismo tiempo, su caracterización como dependientes no tomaba en cuenta la interconexión de intereses entre la burguesía extranjera y la burguesía local.
Otro problema básico fue que en el proceso revolucionario se incluían fuerzas sociales y políticas burguesas poderosas que ya estaban en el poder, como en Turquía, así como las clases burguesas de Marruecos, Siria, etc.
El 6º Congreso Programático de la Internacional Comunista destacó correctamente que “la guerra es inseparable del capitalismo”. De este argumento resultaba que “la abolición de la guerra es posible solamente mediante la abolición del capitalismo”. Llamó a los obreros a “convertir la guerra” que amenazaba con estallarse entre los estados imperialistas “en una guerra civil de los proletarios contra la burguesía, con el propósito de establecer la dictadura del proletariado y el socialismo”.
En cuanto al carácter del fascismo, consideraba que era una forma de reacción imperialista capitalista bajo condiciones históricas particulares “con objeto de asegurarse un poder más estable (…) la burguesía se ve obligada cada día más a pasar del sistema parlamentario al método fascista(…)”.
Con respecto a la socialdemocracia evaluó que: “A menudo, en los momentos más cruciales para el capitalismo, desempeña abiertamente un papel fascista. En el curso de los acontecimientos manifiesta tendencias fascistas”. Dicha evaluación no fue correcta. La realidad es que ante la revolución socialista, la socialdemocracia en ocasiones funcionaba para sosegar la crisis de los gobiernos burgueses liberales y dejaba espacio para su alternancia con gobiernos fascistas.
10. Antes del 7º Congreso de la Internacional Comunista (Moscú, 25 de julio - 21 de agosto de 1935) el Partido Comunista de Francia y el Partido Comunista de España, de acuerdo con el Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, habían pedido cooperación con los partidos socialdemócratas. En fin, los Frentes Populares en dichos países fueron creados en 1936, como cooperación política entre los partidos comunistas y los partidos socialdemócratas y otros partidos burgueses y corrientes oportunistas y tomaron parte o apoyaron gobiernos que no cuestionaban el poder capitalista.
El 7º Congreso caracterizó la Segunda Guerra Mundial como imperialista, pero al mismo tiempo dio prioridad a la política de construcción del frente antifascista. De hecho, determinó que el surgimiento de un gobierno antifascista fue una forma de transición al poder obrero.
La evaluación del 6º Congreso sobre el carácter del fascismo fue sustituida por la posición de que éste fue “la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas del capital financiero”. Se adoptó la evaluación problemática de que en los partidos socialdemócratas se manifestaba “un curso de transformación revolucionaria” que concluía a la necesidad de “unificación de los partidos comunistas y socialistas” bajo la condición de que los últimos reconocieran el derrocamiento revolucionario de la dominación de la burguesía, la unidad de acción con los partidos comunistas, el funcionamiento de un nuevo partido en base al centralismo democrático. El hecho de que el 7º Congreso planteaba las condiciones anteriores, no anulaba lo esencial: de que se creaban falsas ilusiones y un espíritu de reconciliación, confusión y debilitamiento del frente ideológico-político contra la socialdemocracia y el oportunismo.
Después de la invasión de la Alemania fascista en la URSS, la Internacional Comunista cambió su posición con respecto al carácter de la guerra definiendola como antifascista y determinando que “...el golpe básico ahora se dirige contra el fascismo...” y que “en la fase actual no hacemos un llamamiento por el derrocamiento del capitalismo en los diversos países, ni por una revolución global (…) de esta lucha no debemos excluir la sección de la pequeña burguesía, de los intelectuales y del campesinado que apoya abiertamente el movimiento por la liberación nacional. Al contrario, debemos ganarlos como aliados y los comunistas debemos formar parte de este movimiento como su núcleo dirigente.”
Esta posición subestimaba el hecho de que el carácter de la guerra está determinado por la clase que libra la guerra y la causa de la guerra, tanto si es inicialmente y en un momento concreto en defensa, o en ataque. La lucha contra el fascismo y por la liberación de la ocupación extranjera, por derechos y libertades democráticas, se separó de la lucha contra el capital.
Las contradicciones en la línea de la IC con respecto al carácter de la Segunda Guerra Mundial se vieron afectadas también por las aspiraciones de la política exterior de la URSS y por el intento de defenderla ante una guerra imperialista. Sin embargo, en todo caso, las necesidades de la política exterior de un Estado socialista no pueden sustituir la necesidad de la estrategia revolucionaria para cada país capitalista. La seguridad absoluta de un Estado socialista está determinada por la victoria mundial del socialismo o por su predominio en un fuerte grupo de países y, por lo tanto, de la lucha por la revolución en cada país.
11. El 15 de mayo de 1943, en medio de la guerra imperialista, se decidió la auto-disolución de la Internacional Comunista a propuesta de su presídium que fue ratificada por todos los partidos comunistas. Se justificó en base a la evaluación de que había cumplido con su misión histórica como forma internacional de unidad del movimiento comunista. En la decisión de su disolución se señaló que ya desde el 7º Congreso se había subrayado que el Comité Ejecutivo, en la solución de todos los problemas del movimiento obrero, debería “atender a las condiciones concretas y las particularidades de cada país y evitar, como regla general, la intervención directa en los asuntos internos de los partidos comunistas”. Además, subrayó que: “teniendo en cuenta el crecimiento y la madurez política de los partidos comunistas y de sus cuadros dirigentes en los diversos países, y considerando además que, durante la guerra actual, una serie de secciones plantearon la cuestión de disolver la Internacional Comunista como centro dirigente del movimiento obrero internacional, el Presídium del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, imposibilitado a consecuencia de la guerra mundial de convocar un Congreso (…) propone: Disolver la Internacional Comunista (…)”.
J.V.Stalin justificó la auto-disolución diciendo entre otras cosas que “evidencia la mentira de los hitlerianos que afirman que “Moscú trata de inmiscuirse en la vida de otras naciones para bolchevizarlas”.
La decisión de la auto-disolución de la IC estaba en plena oposición con los principios que sirvieron su fundación. Estaba en contradicción con el espíritu y la letra del Manifiesto del Partido Comunista, con el principio del Internacionalismo Proletario, con la necesidad, en cualquier circunstancia, de una estrategia revolucionaria única de los partidos comunistas contra el imperialismo internacional.
Es otra cosa la investigación de la forma organizativa que debe tener la unidad del Movimiento Comunista Internacional, su modo de funcionamiento y, por supuesto, siempre con la condición de formación de una estrategia revolucionaria única.
12. Después de la Segunda Guerra Mundial, surgió la necesidad de acción unitaria del Movimiento Comunista Internacional contra el contraataque internacional unificado del imperialismo. Esto se expresó en la formación de la Oficina de Información (Kominform) en Szklarska Poreba en Polonia (22-28 de septiembre de 1947) por representantes de nueve Partidos Comunistas y Obreros (URSS, Yugoslavia, Romania, Bulgaria, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Francia e Italia). En la reunión de fundación se determinó que su objetivo sería el intercambio de información y la coordinación de actividad. En realidad, la Oficina de Información jugó un papel de dirección en el Movimiento Comunista Internacional, aunque no pudo en ningún caso cubrir la necesidad de formación de una nueva Internacional Comunista. Se disolvió en 1956, como resultado dl viraje oportunista de derecha (después del XX Congreso del PCUS) y de la crisis que sufrió en Movimiento Comunista Internacional.
Nuevas formas más relajadas de coordinación de la actividad del Movimiento Comunista Internacional se establecieron luego a través de las conferencias internacionales de Partidos Comunistas y Obreros que, sin embargo, no formaron la base para una estrategia revolucionaria única contra el sistema imperialista internacional.
El KKE y la Internacional Comunista
13. Antes de la fundación de la Internacional Comunista, el Partido Socialista Obrero de Grecia (SEKE, más tarde KKE) en su Congreso de fundación (17 - 23 de noviembre de 1918) destacó que “se declara como sección de la Internacional, en unión y asociación con los partidos de todos los países que luchan por el derrocamiento del capitalismo internacional y el triunfo del socialismo internacional”.
El 1er Consejo Nacional del SEKE (31 de mayo - 5 de junio de 1919) renunció a la línea oportunista de la Segunda Internacional y ordenó al Comité Central a iniciar la preparación para la adhesión del Partido a la Internacional Comunista.
El SEKE, con su delegado Dimosthenis Ligdopoulos, participó en enero de 1920 en la fundación de la Federación Comunista Balcánica.
El 2º Congreso del SEKE (18 - 25 de abril de 1920) ratificó la adhesión del Partido a la Internacional Comunista, aceptando sus principios y resoluciones. Decidió además añadir en el nombre del partido el término “Comunista” lo cual reflejaba las nuevas elaboraciones de la estrategia y estaba vinculado con la intención de afiliarse a la Internacional Comunista.
A continuación hubo un período de interno debate en el Partido contra las fuerzas que expresaban la desviación de derecha en el Partido y cuestionaban la estrategia revolucionaria de la Internacional Comunista en el nombre de las “particularidades nacionales”.
En fin, el 3er Congreso Extraordinario del SEKE (c) (26 de noviembre - 3 de diciembre de 1924) decidió aceptar explícitamente las Resoluciones de la Internacional Comunista y de la Federación Comunista Balcánica y el cambio de nombre del partido en Partido Comunista de Grecia (Sección griega de la Internacional Comunista).
El KKE recibió importante asistencia de la Internacional Comunista. Al mismo tiempo, su maduración ideológica-política estaba inevitablemente ligada con el curso del Movimiento Comunista Internacional, puesto que la Internacional Comunista funcionaba como un partido mundial.
Los continuos cambios-diversificaciones en la línea de la Internacional Comunista (p.ej. sobre el contenido del gobierno obrero-campesino), los problemas en posiciones básicas y elaboraciones (p.ej. la estrategia de la “democracia de izquierdas” y la categorización de los países en el Sexto Congreso), tuvieron un impacto negativo en la elaboración de su estrategia.
La crítica a la Internacional Comunista es parte de la autocrítica del KKE; no anula su Historia y su contribución, tampoco niega la responsabilidad de cada partido-sección hacia el movimiento obrero-popular en su país y a escala internacional.
14. En la reunión del Comité Central del KKE (2 de junio de 1943) se aprobó la Resolución del presídium del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista sobre su disolución. La Resolución del Comité Central declaró que “la disolución (…) es actualmente la única acción adecuada de una política marxista correcta”. Además, que “la decisión de la Internacional Comunista es la consecuencia lógica y la evolución de la línea determinada por esta misma en su 7º Congreso” así como que “la disolución obstaculiza la consolidación de la lucha nacional”. Posteriormente, el 7º Congreso del KKE (1 - 6 de octubre de 1945) adoptó una resolución con respecto a la “unidad política internacional de la clase obrera”. La resolución expresaba “el deseo de incorporar lo más rápido todos los partidos obreros del mundo, que creen en el socialismo, independientemente de sus matices, en una nueva organización política internacional única de la clase obrera”. En esencia, trataba la cuestión en la base de la cooperación de los partidos comunistas con los socialdemócratas en una Internacional.
15. Para el KKE, la cuestión de una evaluación exhaustiva de la estrategia, el curso y la auto-disolución de la Internacional Comunista siguen siendo abiertos para una mayor examinación. Un factor importante para la continuación del estudio es la concentración de las fuentes necesarias que tienen que ver con las discusiones en los órganos de la Internacional Comunista, en los Órganos del Partido Comunista (b), las discusiones bilaterales de los partidos representados en el Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista. La necesidad de organizar a nivel internacional el movimiento obrero deriva del carácter internacional de la lucha de clases. La cuestión de la unidad ideológica y de la estrategia revolucionaria es tarea de cada partido comunista, mientras que el grado de su promoción sigue siendo una cuestión actual.
El 20º Congreso del KKE (30 de marzo - 2 de abril de 2017) confirmó que “el reagrupamiento y el desarrollo del Movimiento Comunista Internacional es una tarea permanente y constante de nuestro Partido” que “deriva del carácter global de la lucha de clases”. Que “el Movimiento Comunista Internacional está en retroceso, se dificulta en reaccionar ante el ataque del adversario de clase que se libra no sólo con medios represivos sino además con medios ideológicos-políticos, mediante la influencia del oportunismo”. El KKE desarrolla iniciativas para desarrollar las condiciones que darán un impulso a la adopción de una estrategia común de los partidos comunistas a través de diversas formas convenientes p.ej. la Iniciativa Comunista Internacional, la “Revista Comunista Internacional”, mientras que nuestro Partido sigue teniendo como objetivo la creación de un polo marxista-leninista en el Movimiento Comunista Internacional. El KKE es consciente de que “el proceso del reagrupamiento revolucionario será lentο, durο, vulnerable; se basará en la conquista de la capacidad de los Partidos Comunistas de fortalecerse en su país a nivel ideológico-político y organizativo. Esto se logrará superando las posiciones erróneas que predominaban en el Movimiento Comunista Internacional en décadas anteriores y hoy se presentan con nuevas formas. Construyendo bases sólidas en la clase obrera, en sectores estratégicos de la economía, fortaleciendo su intervención en el movimiento obrero-popular”, se fortalecerá cada partido comunista, combinará la actividad revolucionaria con la teoría revolucionaria.
Sigue siendo vigente la consigna del “Manifiesto del Partido Comunista”: “¡Proletarios de todos los países, uníos!”
El Comité Central del KKE
26/02/2019