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Intervención del KKE en el acto de la Acción Comunista Europea (Madrid 11/05/2024)

“Conclusiones históricas de la táctica de los frentes antifascistas. La lucha contemporánea de los comunistas contra el fascismo.”

Camaradas:

Durante los últimos meses los medios de comunicación burgueses europeos están discutiendo mucho estimando que en las próximas elecciones se dispararán los resultados de las fuerzas nacionalistas y hasta incluso fascistas. Así, varios partidos socialdemócratas burgueses de países de la Unión Europea, como en Alemania etc., emiten llamamientos de apoyo a la política “progresista, pro-europea” en las próximas elecciones europeas, supuestamente para frenar el ascenso de la extrema derecha y del fascismo.

¡Les desborda la hipocresía! Dado que con su apoyo en los últimos años en varios países europeos, como son los países bálticos, Polonia, Hungría, Bulgaria, Ucrania, se desmontan monumentos antifascistas y se erigen monumentos para las “Waffen SS” nazis, se prohíben partidos y símbolos comunistas, mientras que la Historia se escribe de nuevo según les conviene a los capitalistas, a los “patrocinadores” básicos del fascismo a lo largo de la historia y en el mundo.

Además, desde hace años, tanto el Consejo de Europa, como la Unión Europea, el Parlamento Europeo con una serie de decisiones fomentan el anticomunismo, buscando equiparar el comunismo con el fascismo. Esto en  realidad exonera el fascismo. De hecho, la Unión Europea ha intentado borrar semánticamente el Día de la Victoria Antifascista, el 9 de mayo, llamándolo “Día de Europa”.

Por último, mientras está en curso la guerra imperialista en Ucrania, hay fuerzas que invocan la “lucha antifascista” y la política de los “frentes antifascistas” del 7o Congreso de la Comintern, para ocultar a los pueblos de las verdaderas causas de la guerra. Y esto sucede mientras del lado de Ucrania lucha el Batallón de Azov neonazi que se presenta por los líderes de la Unión Europea más o menos como un defensor de la libertad y de la democracia, y del otro lado grupos neonazis como “Rusich”, la “Legión Imperial Rusa”, etc, que se presentan como defensores de los valores del “mundo ruso”.

Tomando en cuenta todo lo anterior, la cuestión que debatimos hoy es particularmente vigente. Y hoy es una oportunidad, en este acto de la Acción Comunista Europea, para destacar algunas conclusiones útiles -en nuestra opinión- a las que ha llegado el KKE estudiando la Historia, así como para plantear algunos aspectos de las experiencias y evaluaciones contemporáneas sobre la lucha contra el fascismo:

 

1. El aniversario del 9 de mayo, que conmemoramos estos días, 79 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, no es el “Día de la Unión Europea”, como pretenden establecerlo los últimos años, sin base histórica, los representantes de la construcción reaccionaria de la Unión Europea. Es el Día de la Gran Victoria Antifascista de los Pueblos, la gran epopeya del Ejército Rojo Soviético, así como de los movimientos de resistencia en Europa, con el papel avanzado y decisivo de los Partidos Comunistas.

 

2. Los comunistas rendimos honor a todos los que lucharon con el arma en la mano, los que se sacrificaron, los que fueron torturados, encarcelados, exiliados, los que actuaron de todas las maneras contra el “Eje” nazi-fascista imperialista de Alemania, Italia, Japón y sus aliados.

El KKE es orgulloso de haber sido el alma, el proveedor de fuerzas, el dirigente de la lucha heroica del EAM, ELAS, EPON y de las demás organizaciones del EAM, así como por los miles de sus miembros, que con su acción heroica y su sacrificio, escribieron algunas de las páginas más importantes de su historia, contribuyendo al  victorioso desenlace de la guerra.

3. El hecho de que la Unión Soviética y los movimientos guerrilleros   lucharon contra el fascismo, no cambia el hecho de que la Segunda Guerra Mundial, al igual que la Primera Guerra Mundial, fue una guerra imperialista. Fue el resultado de las rivalidades imperialistas por el nuevo reparto de los mercados y de las esferas de influencia, que se agudizaron en condiciones de crisis capitalista. Cuando las contradicciones de los monopolios, que chocan por su rentabilidad, no se pueden resolver a través de compromisos frágiles en el marco de una “paz” imperialista, entonces se intenta resolverlas a través de la guerra. Es el mismo seno que dio lugar a la Primera Guerra Mundial y a la Segunda Guerra Mundial, a las guerras en las décadas posteriores al final de la Segunda Guerra Mundial y hasta nuestros días en Ucrania, en Oriente Medio. Y este seno son las relaciones de producción capitalistas, el sistema capitalista en su fase imperialista. En este contexto, las clases burguesas utilizan en sus planes de guerra a fuerzas nacionalistas e incluso fascistas, como son los nostálgicos de Bandera y los Batallones de Azov en Ucrania, o la “Escuela Política Superior” del filósofo fascista Iván Ilyin, que recientemente se fundó en una gran universidad estatal de la capital rusa.

 

4. La Segunda Guerra Mundial fue justa solo del lado de la URSS que luchaba por defender el poder obrero socialista, y del lado de los movimientos de resistencia que luchaban contra la ocupación fascista, por la sobrevivencia y la prosperidad de su pueblo.

Para Gran Bretaña y EE.UU, las potencias que tienen sus propias responsabilidades para el nacimiento y prevalencia del fascismo en Alemania, la guerra fue injusta, imperialista, porque apuntaba a mantener y ampliar el papel que habían asegurado en el sistema imperialista a causa de su victoria en la Primera Guerra Mundial. Por el otro lado, para el Eje fascista, la guerra fue imperialista e injusta porque apuntaba en revertir la correlación de fuerzas establecida tras la Primera Guerra Mundial. Ambas alianzas imperialistas rivales competían igualmente para asegurar sus ganancias y sus intereses geo-políticos. Ambas son culpables de grandes crímenes de lesa humanidad.

Por ejemplo, el Eje fascista desempeñó un papel particular en las ejecuciones masivas y la supresión; EE.UU y Gran Bretaña bombardearon Dresden, utilizaron armas nucleares contra Hiroshima y Nagasaki, sin necesidad militar, sino para advertir la URSS, buscando imponer su propia planificación política en los desarrollos de posguerra.

En las filas del movimiento comunista internacional se debe consolidar la conclusión de que para todas las fuerzas burguesas que participaron en la Segunda Guerra Mundial, esa guerra fue injusta. Esto tiene una importancia particular hoy, ya que diversas fuerzas burguesas llevan el manto del “antifascismo” y tratan de ocultar sus verdaderos objetivos depredadores en la guerra imperialista. En una guerra en que se enfrentan el eje euroatlántico imperialista (EE.UU, OTAN, UE) utilizando como punta de lanza a la burguesía ucraniana (que ha procedido a la justificación histórica de los colaboradores ucranianos de los nazis), y el eje euroasiático imperialista bajo formación de China, Rusia y sus aliados.

 

5. El fascismo es una de las formas políticas del poder capitalista. Tras la Primera Guerra Mundial y bajo la influencia de la victoriosa Revolución Socialista de Octubre, las clases burguesas alemana e italiana se enfrentaron a un movimiento comunista y obrero-popular creciente que cuestionó su poder con la revolución de 1918-1919 en Alemania y las ocupaciones masivas de fábricas del norte de Italia durante el llamado bienio rojo (1918-1920). A mismo tiempo, la burguesía alemana, que se incluye entre los grandes perdedores de la guerra anterior, y la burguesía italiana, estimando que aunque fue ganadora había sido perjudicada por el reparto posguerra del botín imperialista, intentaron desafiar dinámicamente la correlación de fuerzas. En estas circunstancias, el nazi-fascismo fue elegido como la forma de poder político más apropiada para reprimir al enemigo de clase en el interior del país y en el conflicto militar con los demás Estados capitalistas en el extranjero.

El básico elemento de diferenciación de la forma fascista del poder capitalista es la movilización enérgica y masiva de fuerzas populares a los planes reaccionarios del poder capitalista. Esto no fue necesario para los ganadores de la guerra anterior, ya que gracias a las superganancias imperialistas aseguraban el consentimiento de las fuerzas obrero-populares al poder capitalista, construyendo alianzas con las capas medias y sobornando a la aristocracia obrera.

Por lo demás, no hay ninguna diferenciación. La particularidad del fascismo y del nazismo no se puede encontrar solo en el cese de los procesos parlamentarios, una característica que se encuentra en todos los regímenes burgueses dictatoriales. Tanto más cuanto el fascismo, tal como el nazismo, surgieron a través de los parlamentos burgueses. La esencia particular del nazi-fascismo tampoco se encuentra en la represión sin precedentes del movimiento obrero-popular y comunista, que es un elemento común no solo de las dictaduras burguesas sino además de regímenes parlamentarios.

Cabe recordar que el KKE en sus 105 años de historia ha sufrido duras persecuciones por regímenes burgueses en unos casos dictatoriales y en otros casos bajo el manto de la democracia parlamentaria. Por ejemplo, el régimen dictatorial del Metaxas en Grecia en 1939 estableció la llamada “Administración Temporal” del KKE constituida por chivatos, buscando golpear al KKE, mientras que hoy día el socialdemócrata Maduro hablando en nombre del “Socialismo del siglo XXI”, lucha contra el Partido Comunista de Venezuela y ha construido un falso PCV, que oficialmente “reconoce” el Estado burgués.

Ni tampoco la explotación de otros pueblos se puede identificar como el rasgo particular del fascismo y del nazismo, ya que la tradición parlamentaria de Francia y Gran Bretaña fue la otra cara del colonialismo. Incluso el racialismo que caracteriza especialmente el nazismo, no se encuentra solo en los regímenes fascistas y nazis. La fabricación ideológica de civilizar a razas inferiores fue el manto ideológico del colonialismo, mientras que incluso después de la guerra muchos Estados capitalistas miembros de la Unión Europea, y sobre todo Gran Bretaña, mantenían relaciones estrechas con el régimen del Apartheid de Sudáfrica.

Los rasgos comunes del fascismo con las demás formas políticas muestran que la lucha antifascista queda incompleta cuando no tiene como objetivo la lucha por el derrocamiento del poder capitalista.

6.  El 7o Congreso de la Internacional Comunista adoptó la estrategia de los Frentes Populares Antifascistas, que tanto antes como después de la Segunda Guerra Mundial reivindicaron el gobierno en el marco del capitalismo, en el primer período como medio de defensa contra el auge del fascismo, y en el segundo período como forma de transición al poder obrero.

Antes de la guerra, los Partidos Comunistas con los “Frentes” buscaron la cooperación con fuerzas políticas socialdemócratas, incluso con fuerzas democrático-burguesas, con el fin de aislar a las fuerzas burguesas fascistas e impedir su dominación en cada país. Al mismo tiempo, el conjunto de los PP.CC en aquel período, al concentrar su lucha exclusivamente contras las fuerzas fascistas no solo no apuntaba contra el conjunto de las fuerzas burguesas y los estados capitalistas que participaban en la explotación de la clase obrera y en la guerra, sino además las hacían pasar por antifascistas en la conciencia de fuerzas obrero-populares. No obstante, durante la guerra, los PP.CC buscaban una cooperación, incluso gubernamental con estas fuerzas una vez acabada la guerra. Por lo tanto, los PP.CC no lograron vincular la lucha armada antifascista de liberación con la lucha por la conquista del poder obrero.

Un ejemplo característico es nuestro país, Grecia, que hace 80 años fue librado de las tropas nazis gracias a la grandiosas victorias del Ejercito Rojo, así como gracias a la contribución del movimiento de resistencia armada, antifascista, de liberación, y sus organizaciones, como el Frente de Liberación Nacional (EAM), el Ejército Popular de Liberación (ELAS) y otras organizaciones de resistencia armadas formadas por iniciativa del KKE. Sin embargo, a pesar de este grandioso movimiento de resistencia masivo y armado y el hecho de que durante el período de la liberación, en octubre de 1944, en Grecia se crearon las condiciones de una situación revolucionaria, es decir condiciones de sacudida del poder burgués, con una crisis económica y política generalizada, con una debilidad en el funcionamiento de los mecanismos de represión y de las instituciones de gobernanza que tenía la burguesía en Grecia, el movimiento obrero-popular no logró vencer. Y esto sucedió porque nuestro Partido no logró desarrollar conscientemente y de manera planificada la lucha armada antifascista de liberación en revolución socialista, sino que quedó atrapado en la línea de la unidad nacional y de la formación de un gobierno de las fuerzas antifascistas. Esto dio la oportunidad a la burguesía (que superó los viejos conflictos entre pro-británicos y pro-alemanes ante el miedo de perder su poder) y sus aliados británicos y estadounidenses a desatar un ataque político-militar general contra el KKE y el movimiento obrero-popular para estabilizar el poder burgués sacudido. En el marco de este ataque, las llamadas fuerzas democrático-burguesas no dudaron en utilizar a los antiguos colaboradores de los nazis. La lucha heroica de tres años del Ejército Democrático de Grecia (DSE) no consiguió frustrar esta planificación.

Pero incluso en los países europeos donde la política del frente antifascista concluyó a la participación de PP.CC en gobiernos de coalición de posguerra, esta política no solo no fue el primer paso para una transición al poder obrero, sino que fue utilizada para garantizar el consenso de las fuerzas obrero-populares más avanzadas en particular hasta que se estabilizara el poder capitalista. Luego, los PP.CC fueron expulsados por todos los gobiernos.

 

7. Es importante ver por qué hoy en toda Europa, así como más allá de esta, el sistema capitalista recurre a tales apoyos nacionalistas, racistas y fascistas para ponerse en pie. El hecho de que recurre a estos es incuestionable ya que ante nuestros propios ojos se desarrolla el apoyo económico de tales fuerzas por sectores del capital, por fuerzas de sus mecanismos de represión, como la policía y las fuerzas armadas, así como la propagación y presentación de tales fuerzas supuestamente como “antisistémicas” por los grandes medios de comunicación “sistémicos”.

Resulta evidente que tales fuerzas se utilizan por las clases burguesas como el “perro guardián” del sistema, pero también como “punta de lanza” a expensas del movimiento obrero y popular. La percepción que se está fomentando en las filas del movimiento comunista internacional de que el fascismo es “exportado” de EE.UU., que se califica como una potencia “fascista” o “pro-fascista”, es totalmente errónea y carece de base histórica.

 

8. Cabe destacar que el KKE, al estudiar la historia de la Comintern, evaluó que la división de los estados del sistema imperialista internacional en “fascistas”- “pro-guerra” y en “democráticos”- “pro-paz” era errónea y perjudicial. De hecho, esta división predominó en las filas de la Comintern antes de la Segunda Guerra Mundial. Actualmente, algunas fuerzas del movimiento comunista internacional emplean de nuevo esta división errónea que oculta tanto la naturaleza clasista de los regímenes burgueses, como la causa del nacimiento y del fortalecimiento de la corriente fascista, que está en el propio capitalismo monopolista y el servicio de los intereses capitalistas en cada país. El KKE ha sacado lecciones de la Historia y no comparte esta aproximación de división de las fuerzas imperialistas en malas (“fascistas”, “neo-fascistas”) y en “buenas”, ni tampoco a llamamientos para la formación de “frentes antifascistas” en dirección aclasista, es decir en alianzas sin criterios socio-clasistas, sino con todas las personas “progresistas y honestas”, como dicen. Tales aproximaciones y llamamientos conducen al movimiento comunista y la clase obrera a su desarme, a renunciar su misión histórica y a formar una línea de supuesto “saneamiento” del imperialismo de las “fuerzas fascistas”. Al mismo tiempo, ofrece una coartada a las llamas fuerzas burgueses “democráticas” y “pro-paz”.

9. Para la justificación de la anterior aproximación errónea, se hace una especulación en base a la definición de G.Dimitrov del fascismo en el 7o Congreso de la Comintern como “...una dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas del capital financiero”. Estimamos que el 7o Congreso separaba absolutamente el “poder” del capital financiero de los intereses del capital industrial. Respectivamente distinguía claramente los Estados capitalistas en fascistas y democráticos. Como consecuencia de esta distinción, se encubrió con un manto ideológico la alianza del movimiento obrero y comunista con un sector de fuerzas y Estados burgueses, y se debilitó la preparación de clase contra la clase oponente, como vimos anteriormente.

Hoy día, hay quienes recurren a aquella definición del fascismo ignoran selectivamente el hecho de que la Internacional Comunista antes de esta definición del fascismo había señalado otra definición en su Programa (1928) en la que destacaba entre otras cosas que “este proceso de ofensiva de la reacción burgués imperialista adopta, en condiciones históricas determinadas, la forma del fascismo”, mientras que los rasgos del fascismo se presentan en detalle en la Resolución sobre la situación internacional en el 6o Congreso de la Internacional Comunista (1928). Además se ignora que la definición conocida de Dimitrov en 1935 se dio bajo ciertas condiciones históricas, cuando las potencias imperialistas planeaban la desaparición del único Estado socialista en el mundo, mientras que por su parte la URSS buscaba crear grietas en las potencias imperialistas para aprovecharse de sus contradicciones. Por tanto, esa definición se aparta de las condiciones históricas que la generaron y se pretende trasladar de manera mecánica y anticientífica a las condiciones actuales, en las que ya no existe la URSS, mientras la situación que se ha formado en China no es nada coherente con los principios del socialismo. Estamos hablamos de una superpotencia capitalista, que compite con EE.UU por la supremacía en el sistema imperialista mundial.

10. Tanto en el pasado, como hoy en el terreno de surgimiento y desarrollo de formaciones fascistas, el camino no se allana solo por fuerzas de la derecha, sino además por fuerzas de la socialdemocracia, que apoyan la teoría ahistórica de los “dos extremos”, de la inaceptable equiparación del comunismo con el fascismo. De este modo no solo buscan absolver el capitalismo por los crímenes del nazi-fascismo, así como atribuirlos al movimiento comunista, a la única fuerza que luchó consecuentemente y con sacrificios en contra de él.

Además, la desilusión de fuerzas populares con bajo criterio político de las promesas de partidos de derecha y socialdemócratas que han gobernado, en condiciones de falta de partidos comunistas fuertes y de grandes luchas obreras, actúa de manera que refuerza la recuperación política de fuerzas nacionalistas, racistas, y hasta incluso fascistas. En particular, esto se hace más intenso en condiciones de destrucción masiva de las capas bajas y medianas en la fase de la crisis capitalista, del aumento de la pobreza, del desempleo y del deterioro de los partidos parlamentarios burgueses. Entonces la burguesía utiliza de diversas maneras los partidos nazis, como avanzadilla al servicio de sus intereses. Utiliza su acción nazi, que con el extremo nacionalismo y la supuesta “solidaridad”, apunta a la integración de fuerzas populares, de desempleados, de capas pequeñoburguesas que hayan sido destruidas.

 

11. Además, hoy se abren el camino para fuerzas fascistas y para su absolución también por fuerzas “comunistas” oportunistas que en nombre de la “restauración de la soberanía de país” frente a la Unión Europea, como sucede en Italia, o de la “repulsión del fascismo exportado de EE.UU”, como sucede en Rusia, discuten o incluso colaboran con fuerzas que tienden al fascismo.

12. El KKE se ha enfrentado y sigue enfrentándose en las últimas décadas a diversas formaciones fascistas, que utilizan la ideología nacionalista, nacional-socialista criminal para “vestir” su acción criminal a expensas de inmgirantes, obreros sindicalizados, luchadores comunistas y otros. Tal fue el caso del “Amanecer Dorado” fascista que intentó reintroducir las tácticas de los “batallones de asalto” nazis y de la alternación de su acción con el activismo político. Se trata de una formación fascista que tras la caída de la dictadura militar en la década de 1970 mantuvo contactos con algunos de sus cuadros dirigentes, con otras formaciones nacionalistas de la extrema derecha, fomentando un anticomunismo duro, racismo y odio para el movimiento obrero. Adquirieron fuertes conexiones en el ejército, la policía, los servicios secretos, participaban en atentados brutales, colocaban mecanismos explosivos contra oficinas del KKE, de otros partidos y organizaciones juveniles, librerías, cinemas, p.ej. donde se proyectaban películas soviéticas y antifascistas. En la década de 1980, el “Amanecer Dorado” comenzó a actuar de manera más organizada, de realizar atentados con mayor frecuencia, p.ej. contra inmigrantes y estudiantes. Con el comienzo de la profunda crisis económica capitalista en 2008-2009 el “Amanecer Dorado” salió del margen a la superficie. Las sucesivas medidas antipopulares de varios gobiernos provocaron una gran reforma en el sistema político burgués, tanto en el ámbito de la socialdemocracia, con el ascenso de SYRIZA y la caída del PASOK, como en el ámbito de la extrema derecha. El “Amanecer Dorado” nazi aprovechó de las consecuencias de la crisis para acercarse a las capas medias perjudicadas por la crisis, así como a un sector empobrecido de la clase obrera, que no había estado en contacto con el movimiento obrero-sindical clasista organizado. Sin embargo, no sería posible pasar por el margen al escenario político si no contaba con el apoyo de sectores fuertes de la burguesía y de su mecanismo estatal. El “Amanecer Dorado” se presentaba al pueblo como una “fuerza antisistémica”, que se oponía a los males existentes y quería lo mejor para el pueblo. En las manifestaciones de los “indignados” aparecieron consignas que se destacar intensamente por los medios de comunicación burgueses como “fuera los partidos” o “fuera los sindicatos”, ofreciendo una cobertura política al “Amanecer Dorado”. Así que el “Amanecer Dorado” fue utilizado por el sistema burgués para alejar fuerzas de la lucha de clases organizada y para apoyar agresivamente los objetivos de la burguesía, a expensas de los trabajadores p.ej con posiciones contra las huelgas, para un mayor recorte de salarios, eliminación de convenios, con el fin p.ej de que los armadores “se convencieran construir sus barcos en Grecia”. Los representantes del “Amanecer Dorado” encontraron fácilmente una lugar en los paneles de los medios de comunicación burgueses y formaron un grupo parlamentario. Con ataques brutales a expensas de sindicalistas y cuadros del KKE, con asesinatos de inmigrantes, intentaron establecerse como “el puño de hierro” del sistema burgués. En aquel período, el “Amanecer Dorado” estaba en contacto con los demás partidos burgueses y con actores locales.

El KKE trazó la línea de exposición de su papel y aislamiento de esta y otras formaciones fascistas del movimiento sindical, de las actividades políticas, al mismo tiempo que los demás partidos burgueses mantenían con ellos una actitud burguesa de “comme il faut”, en base a “criterios parlamentarios”. Característicamente, el alcalde comunista de Patras se negó a conceder locales para la propaganda pre-electoral de las posiciones del “Amanecer Dorado” nazi. Fue procesado, pero bajo la solidaridad popular general, el alcalde comunista fue absuelto en los tribunales. En muchos actos públicos, los comunistas impidieron la presencia de representantes del “Amanecer Dorado”.

El asesinato del músico antifascista Pavlos Fyssas, los ataques asesinos contra inmigrantes y sindicalistas comunistas, provocaron una gran "ola" popular de resistencia, que "ahogó" por el momento a esta banda fascista y llevó a sus dirigentes a la cárcel. Cabe destacar que bajo responsabilidad de todos los gobiernos burgueses y de SYRIZA "de izquierdas" desde el momento en que se produjo la detención de los asesinos del “Amanecer Dorado” hayan tenido que pasar 7 años para que fueran juzgados y condenados. La lucha popular decisiva, en la que los comunistas jugaron un papel destacado, contribuyó a la condena de los criminales nazis. El KKE y los abogados de los sindicalistas comunistas en el juicio del “Amanecer Dorado” pusieron de relieve el papel nazi y profundamente sistémico del “Amanecer Dorado”, así como el hecho de que la actividad criminal de esta organización surgió debido a su ideología criminal nazi. Sin embargo, sabemos muy bien que mientras exista el sistema capitalista, que es la "matriz" de tales formaciones, no habremos acabado con el fascismo. Como señaló el Secretario General del CC del KKE, D. Koutsoumbas: "Lo principal es que el pueblo se enfrente al mal en su raíz, derrocando al sistema que incuba este huevo de la serpiente, el nazismo, el fascismo".

 

Camaradas:

El KKE ha llegado a la conclusión de que la lucha contra el fascismo, por la defensa de los derechos obreros y las conquistas populares, es indisolublemente ligada con la lucha contra los monopolios, contra la explotación capitalista y su poder. El partido comunista en ningún caso debe entrar en una alianza con fuerzas burguesas y oportunistas en nombre de un “antifascismo” superficial y sin sustancia. Como decía Brecht: “Estar contra el fascismo sin estar contra el capitalismo, rebelarse contra la barbarie que nace de la barbarie, equivale a reclamar una parte del ternero y oponerse a sacrificarlo. Quieren comer la ternera, pero no quieren ver la sangre. Se conforman con que el carnicero se lave las manos después de cortar la carne. No están en contra del régimen de propiedad, que produce la barbarie, sino solo contra la barbarie. Levantan sus voces contra la barbarie, en países donde ésta también, pero donde los carniceros tienen que lavarse las manos antes de cortar la carne.”

Por eso hace falta el compromiso inquebrantable del Partido Comunista al objetivo del poder obrero, en la lucha por la agrupación de fuerzas de la alianza social de la clase obrera y de las demás capas populares de la ciudad y del campo en dirección antimonopolista-anticapitalista. Solo de esta manera se fortalecerá la oposición obrero-popular contra el poder burgués y se promoverá la perspectiva de la lucha popular por el derrocamiento de la barbarie capitalista y la construcción de la nueva sociedad socialista-comunista.

Particularmente hoy, cuando los pueblos se enfrentan a la agudización de los antagonismos interimperialistas y varias partes del planeta están en llamas sobre el reparto por los imperialistas de los recursos naturales, la fuerza laboral, las rutas de transporte de las mercancías, los apoyos geopolíticos, debemos tener un frente firme tanto contra el “antifascismo” erróneo, como frente al sistema capitalista, que genera el fascismo y la guerra.

Los pueblos deben levantarse.

Deben emprender el camino de lucha, con los comunistas en la delantera.

Deben enviar en las elecciones europeas un mensaje antiguerra-antiimperialista, contra la Unión Europea de la guerra, apoyando a los partidos comunistas.