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La intervención de la clase obrera y de su movimiento es el verdadero catalizador de los acontecimientos

El domingo 16 de marzo se celebró en París la conferencia de la Acción Comunista Europea (ACE), sobre el tema: “Conclusiones y perspectivas para el movimiento obrero en Europa”.
La conferencia, organizada dos años después de las grandes movilizaciones obreras en Francia, que conmocionaron al país y a toda Europa, tiene como objetivo intercambiar los puntos de vista y las experiencias de los partidos comunistas de la ACE sobre el movimiento obrero en Europa.
Los discursos introductorios corrieron a cargo de Jean-Christophe Brossard, miembro de Buró Político y del Comité Internacional del Partido Comunista Revolucionario de Francia, y de Kostas Papadakis, miembro del CC del KKE y eurodiputado del KKE, quien destacó lo siguiente:
Estimados camaradas:
Quisiéramos agradecer su presencia hoy en París y a los camaradas que asisten en línea en esta reunión de la Acción Comunista Europea, lo que demuestra, entre otras cosas, la importancia que dan los partidos comunistas y obreros de la Acción Comunista Europea a la clase obrera contemporánea que es la principal fuerza productiva de la sociedad capitalista y la clase que sufre la explotación capitalista. Al mismo tiempo somos conscientes de que su misión histórica que puede resumirse en la lucha por el derrocamiento de las relaciones de producción capitalistas y la construcción de la nueva sociedad socialista-comunista, no se puede llevar a cabo si los partidos comunistas no están arraigados en la clase obrera, si no actúan en el movimiento obrero-sindical, si no hay organizaciones partidistas en los centros de trabajo y las ramas.
Nos reunimos en el país donde hace dos años tuvieron lugar grandes y masivas movilizaciones obreras, militantes y con duración, con formas de lucha elevadas contra el ataque organizado del gobierno francés, de la UE y del capital para demoler el sistema de seguridad social, para intercambiar reflexiones y experiencias sobre el movimiento obrero-sindical y la intervención de los partidos comunistas en él. Por supuesto sabemos que entre los países europeos hay diferencias, p.ej. en el grado de organización y la capacidad de movilización, pero al mismo tiempo hay varios cuestiones comunes, tareas comunes.
Hace dos años, las grandes huelgas en sectores de importancia estratégica en un país y una economía capitalista como Francia, en la industria química, los ferrocarriles, los puertos etc., marcaron la pauta de las movilizaciones, con la participación de amplias masas de trabajadores, y dieron un impulso militante a los trabajadores de toda Europa y más allá.
Estas luchas se enfrentaron a poderosos mecanismos de represión y provocación del Estado burgués, a todo tipo de maniobras que utilizaron el gobierno y los partidos burgueses para asimilar y manipular la ira de los trabajadores.
Los partidos que actualmente se reúnen en la Acción Comunista Europea, entre ellos el KKE, habían expresado de todas las formas su solidaridad internacionalista con la lucha de los trabajadores franceses así como con el Partido Comunista Revolucionario de Francia.
El impulso de la lucha popular desencadenado por las grandes movilizaciones está ejerciendo hasta hoy un efecto catalizador en la gran decadencia e inestabilidad de los gobiernos de Macrón, independientemente de los primeros ministros o la composición de estos gobiernos. Sin embargo, el sistema no tiene salida de este impasse que reside en las contradicciones insuperables del capitalismo, los problemas en el seno de la burguesía francesa y la gestión del sistema político burgués frente a la intensificación de los antagonismos capitalistas, la recesión y la implicación militar, la política antipopular del gobierno Macrón. Los problemas se amontonan y se busca una solución en una reserva de gobierno antipopular: por un lado está la versión de la ultraderecha con Le Pen y por otra parte la socialdemócrata con la participación del Partido Comunista francés mutado, el llamado “Nuevo Frente Popular” que es también un producto de maniobras que ofrece el salvavidas necesario para la renovación de la socialdemocracia en quiebra en la conciencia popular con el fin de perpetuar la política antipopular. Sin embargo, cualquiera que sea la formula que utilicen, los beneficios capitalistas se disparan y el pueblo sufre de los altos precios, los bajos salarios, la pobreza energética, todo tipo de comercialización de la sanidad, la educación, etc.
En cualquier caso, las importantes movilizaciones obreras en Francia destacan la gran importancia y la necesidad de que la clase obrera y las capas populares de Francia cuenten con un partido comunista revolucionario como apoyo para su lucha. En este sentido, nuestros camaradas franceses del Partido Comunista Revolucionario de Francia están librando una dura lucha en condiciones difíciles debido a la erosión provocada por el oportunismo y la socialdemocracia durante décadas.
Hoy, como partidos comunistas, debemos estudiar la experiencia, las enseñanzas y las tareas de los comunistas, tanto en nuestra acción en el movimiento obrero-sindical como en la creación de los requisitos previos para su reagrupamiento en condiciones difíciles, con el fin no solo mejorar la vida de los trabajadores, sino además de preparar el factor subjetivo para el derrocamiento de la barbarie capitalista y la construcción del socialismo-comunismo. Para promocionar esta estrategia, el KKE ha trazado la línea de agrupación de fuerzas obrero-populares y de lucha en dirección antimonopolista anticapitalista.
La agudización de los antagonismos imperialistas, las nubes de una crisis capitalista inminente que se ciernen, obligan a los oficiales burgueses a examinar alternativas para asegurar la rentabilidad tomando en cuenta que la estrategia verde y digital de la UE no cumple sus expectativas de invertir los capitales acumulados con una tasa de ganancia satisfactoria. El giro a la llamada “economía de guerra” y la aceleración de la preparación bélica van acompañados de medidas por parte de la burguesía de EE.UU. que está cambiando sus prioridades principalmente hacia la recuperación de las pérdidas en Ucrania, la aceleración de los planes para asegurar los planes energéticos y comerciales en Gaza y en Medio Oriente en general, concentrando al mismo tiempo fuerzas en la confrontación con China en el Indo-pacífico donde, como se ha dicho, “se decidirá en gran medida el resultado del conflicto por el control del mundo”. Por supuesto, estas acciones no tienen nada que ver con la paz, a pesar de las afirmaciones de los gobiernos burgueses que sostienen lo contrario. Señalan una nueva ronda de escalada peligrosa a expensas de los pueblos, que incluye acuerdos de paz frágiles que sin eliminar ninguna de las causas de la guerra imperialista, están preparando la próxima ronda del conflicto entre las clases burguesas, con los pueblos siendo las víctimas.
Estimados camaradas;
En este entorno explosivo de rivalidades geo-estratégicos se despierta en los pueblos el temor a un posible conflicto imperialista generalizado. Sin embargo, se destacan elementos prometedores:
Por ejemplo, durante años, particularmente después del derrocamiento contrarrevolución, los oficiales de la burguesía han tratado imponer a los pueblos la idea de que las movilizaciones obrero-populares, la propia intervención de la clase obrera y de su movimiento son ineficaces e inútiles, con el objetivo de desmovilizarlos y disuadirlos de afiliarse a los sindicatos y de participar en las movilizaciones obreras. Sin embargo, los desarrollos la desmienten puesto que la lucha de la clase obrera y de su movimiento es la que puede ser realmente un catalizador de los acontecimientos. Por ejemplo, las enormes manifestaciones de solidaridad con el pueblo palestino, los bloqueos en Grecia y otros países del transporte de armamento y materiales explosivos a Ucrania y Gaza, destacan la gran importancia de la lucha independiente de la clase obrera contra la masacre imperialista en Ucrania. Contribuyeron al fracaso del intento de victimización del Estado-ocupante de Israel, y de la propaganda de los apologistas del genocidio del pueblo palestino, para poner obstáculos a los planes agresivos de Israel y sus aliados.
La guerra imperialista aparte del horror de la muerte y las destrucciones materiales, constituye la manera más violenta para la aún mayor explotación de la clase obrera, para el golpe de la lucha de clases. La preparación ideológica-política del partido comunista es una condición previa para denunciar y destacar el carácter imperialista de la guerra, independientemente de si la burguesía del país está llevando a cabo una “guerra agresiva” o una “guerra defensiva, para que la clase obrera tome conciencia de las tareas de organizar su lucha independiente contra el consentimiento con la burguesía y sus objetivos, para que la clase obrera no tenga ninguna confianza en ella, sus gobiernos y partidos que sirven sus intereses.
El KKE considera que el partido comunista debe dirigir la lucha del pueblo con todas las formas por la derrota total de la burguesía, la nacional y extranjera como invasora, vinculando prácticamente esta lucha a la conquista del poder. Sobre la base de la iniciativa y la orientación del Partido se debe formar un frente obrero-popular que utilice todas las formas de acción, con la consigna: El pueblo traerá la libertad y la salida del sistema capitalista que, mientras domine, trae la guerra y la “paz” con una pistola a la cabeza del pueblo; por la nueva sociedad socialista - comunista.
La agresión de las clases burguesas se expresa también en el interior de cada país con la intensificación del ataque contra los trabajadores. Las declaraciones del Secretario General de la OTAN por “sacrificios” incluyendo entre otras cosas recortes en las pensiones y los sistemas de Sanidad y Seguridad, para reforzar los gastos militares en Europa, son reveladoras. Igualmente reveladora es p.ej. la abolición de los días festivos en Dinamarca obligando a la clase obrera a trabajar más días para servir los gastos “de defensa”. La lucha intensificada de los trabajadores contra salarios y pensiones estancados, contra los recortes en sanidad, educación, seguridad social, las subastas de las casas de familias populares, así como las luchas por los convenios colectivos, por la infraestructura necesaria de protección civil, por horarios fijos, la abolición de las horas extra de trabajo, la reducción de la jornada laboral, contra todas las formas de comercialización de estas necesidades, es prometedora. Esto se debe a que las luchas obreras están en conflicto con la estrategia de las clases burguesas para aumentar su rentabilidad, consolidar su poder, los planes imperialistas que se manifiestan también con medios militares.
Vemos cómo los gobiernos burgueses, el capital, intentan frenar el descontento popular agudizado con invenciones de la UE como la llamada cláusula de escape para los gastos de guerra, para que se garantice la notoria competitividad del capital de la UE, para que se dé dinero en sus bonos de guerra.
La experiencia muestra que la clase obrera a través de su lucha saca lecciones sobre la importancia que tiene su lucha colectiva y la solidaridad de clase para conseguir conquistas parciales; sin embargo, aparte de la oposición a tal o cual ley antipopular de los gobiernos, se debe desarrollar aún más decisivamente su propio marco de reivindicaciones, de sus verdaderas necesidades, que por un lado agrupará a la clase obrera, y por otro lado cuestionará la estrategia de la burguesía y la colaboración clasista del oportunismo y del reformismo. Desde este punto de vista en Grecia existe experiencia positiva ya que se realizan manifestaciones con los comunistas en primera linea, reclamando aumentos salariales, la firma de convenios colectivos de trabajo, la creación de nuevos sindicatos, la organización de los trabajadores, rompiendo con el fatalismo y la lógica de disminución de reivindicaciones.
Al mismo tiempo, se está haciendo un esfuerzo general para que esta lucha se encuentre con las movilizaciones masivas de los campesinos pobres y los trabajadores autónomos con el fin de desarrollar la alianza social por una nueva y prometedora perspectiva para que nuestro pueblo viva sin guerras, pobreza y explotación capitalista.
Esta lucha por el fortalecimiento del movimiento obrero se libra en feroz confrontación con las cúpulas reformistas pactistas del movimiento sindical que en Grecia se han desacreditado por su actitud de socavamiento continuo. Las fuerzas de clase han logrado significativos éxitos que han cambiado la correlación de fuerzas en sindicatos, federaciones, Centros Laborales y sindicalistas que se acercan y actúan en base a la línea del Frente Militante de Todos los Trabajadores (PAME), el polo clasista del movimiento sindical. Sin embargo, a pesar de la decadencia de la socialdemocracia, no debemos subestimar las cúpulas sindicales comprometidas, puesto que mantienen el control del movimiento sindical y funcionan con el respaldo de la gran patronal y del Estado burgués.
Al mismo tiempo, el KKE y sus fuerzas en el movimiento obrero-sindical intentan desarrollar su intervención ideológico-política en los centros de trabajo. Por ejemplo, revelan cada vez la operación organizada para que las movilizaciones obrero-populares funcionen como una “válvula de escape” de la indignación popular, como un paso a una alternación gubernamental, como “vehículo” para la restauración de este sistema político burgués podrido y desgastado, así como la formación de polos antipopulares alternativos que sustituyan a los actuales gestores del poder burgués. Así que cada vez más trabajadores se darán cuenta de la necesidad de que la clase obrera desempeñe un papel principal en el derrocamiento del poder de los monopolios, en alianza con las capas populares pobres.
Estimados camaradas:
Estos días en Grecia se han realizado movilizaciones obrero-populares, las mayores de las últimas décadas, que culminaron en la huelga del 28 de febrero con demandas básicas el castigo político y penal de los responsables del anunciado crimen ferroviario de Tempe. Esta lucha lleva ya dos años, desde que dos trenes que circulaban en la misma vía chocaron matando a 57 personas, a causa de la política de coste-beneficio y del afán de lucro de las empresas que impide la instalación de los sistemas de seguridad necesarios aunque tecnológicamente ya están disponibles. Esta lucha que conmueve, sensibiliza, llena de furia a amplias masas populares, es la unta del iceberg de una más amplia indignación y descontento, preocupación y reflexión para el futuro, que se alimenta en su conjunto por los impasses del sistema capitalista en todos los aspectos de la vida de los trabajadores y del pueblo en su conjunto.
La operación de distorsionar el mensaje de esta lucha y convertirlo en una rehabilitación utópica de las instituciones podridas del Estado actual criminal fracasó gracias a la masiva huelga del 28 de febrero. El KKE y el movimiento sindical de clase, el PAME, contribuyeron en gran medida a la organización de la huelga que marcó un hito en esta lucha bajo el lema “o sus ganancias o nuestras vidas”.
El elemento cualitativo y al mismo tiempo prometedor de estas grandes movilizaciones es que tomaron la forma de una gran huelga general nacional, ya que se paralizaron los centros de trabajo, se cerraron las tiendas, las escuelas y las facultades, participaron masivamente estudiantes secundarios y universitario, siguiendo las decisiones de los sindicatos y otras organizaciones de masas del movimiento popular, de los jóvenes, así como el llamamiento de los familiares de las víctimas de Tempe.
Los comunistas intentan que la orientación de la lucha enfoque en la responsabilidad de la estrategia de la UE de liberalización, privatización, segmentación del ferrocarril, su infrafinanciación en base a la lógica de coste-beneficio para la rentabilidad de los grupos empresariales, a los que han servido no solo el gobierno actual sino también todos los anteriores, revelando su carácter clasista. Las fuerzas de clase y los trabajadores en el ferrocarril han desempeñado un papel significativo que se fortaleció a través de su contribución en las huelgas y movilizaciones advirtiendo contra el crimen que se avecinaba. Sólo el KKE señaló además el peligroso transporte de cargamentos de guerra de la OTAN por ferrocarril y la posibilidad de que la explosión que siguió al choque estuviera relacionada con él, sin que el gobierno haya respondido todavía.
El KKE destaca que la solución está en consolidar la desconfianza del pueblo hacia el gobierno, el Estado burgués, la política que sirven, las decisiones estratégicas a favor de la clase dominante. Se debe reforzar el cuestionamiento ante todo lo que es y en esencia constituye el sistema. Porque el sistema es la economía que se basa en relaciones de producción explotadoras, cuyas crisis y crecimiento los paga siempre la mayoría obrero-popular. El sistema son los grupos empresariales que buscan la máxima ganancia por todos los modos. El sistema es el Estado burgués actual con sus instituciones y mecanismos podridos que no se pueden “rehabilitar” nunca, no pueden servir a la causa justa del pueblo. El sistema son los partidos del capital y de la UE que han gobernado y gobiernan este país.
Esta desconfianza puede ser decisión de lucha y acción común organizada e inquebrantable con el KKE, con sus ideas y su programa revolucionarios, por una organización de la economía y de la sociedad diferente, donde nuestras vidas no serán consideradas un coste; por el Socialismo.
18.03.2025