Dos pueblos, que durante 70 años, en el seno de la URSS, vivieron juntos y progresaron pacíficamente, sentando las bases de una nueva sociedad, sin explotación del hombre por el hombre, están una vez más al borde de una guerra generalizada.

La “herida” que abrió la disolución de la Unión Soviética en las relaciones entre los dos pueblos ha ido empeorando aún más en las últimas décadas, como lo demuestran los conflictos en la región de Nagorno Karabaj, a causa de los intereses de las clases burguesas de los dos países, mediante las n medio de intervenciones de otras potencias, como Turquía que militarmente se pone del lado de Azerbaiyán, EE.UU, la UE y Rusia que están promoviendo sus propios intereses.

Las informaciones que recibimos así como las evaluaciones que se pueden hacer, muestran que las operaciones bélicas entre Azerbaiyán y Armenia están vinculadas con la cadena de enfrentamientos interimperialistas entre Siria, Libia, en la región de Cáucaso, Asia Central, los Balcanes, el Mediterráneo oriental, donde están en conflicto fuertes monopolios y potencias imperialistas con distintos planess.

Se intenta que las consecuencias de la crisis capitalista, el aumento de los impasses sociales en las sociedades capitalistas, la emergencia de estados de ánimo de protesta social se dirijan al terreno estéril y peligroso de los nacionalismos y del masacre de pueblos, para no sacudir el poder de las clases burguesas.

Los pueblos de Armenia y de Azerbaiyán que pagan con su sangre la promoción de unos u otros intereses capitalistas –siempre en contra de sus intereses-, deben sacar lecciones de su historia, enfrentarse tanto a las intervenciones imperialistas extranjeras como a los intereses de las clases burguesas. Deben construir su propio “muro” contra las guerras imperialistas, de desarrollar una estrategia de choque con el sistema capitalista, que genera crisis, guerras, refugiados.

29/9/2020                             LA OFICINA DE PRENSA DEL CC DEL KKE